En marzo, Putin fue reelecto para un quinto mandato, tras 24 años en el poder. En julio, Maduro proclamó su triunfo, luego de que el proyecto político que representa lleva un cuarto de siglo al mando de su nación.
Venezuela es uno de sus socios estratégicos más importantes de América Latina. Ambos regímenes, tanto el de Venezuela como el de Rusia, coinciden en defender un “orden mundial policéntrico emergente”. En marzo, Vladimir Putin fue reelecto para un quinto mandato luego de 24 años en el poder, con un breve paréntesis en el cual gobernó un presidente afín. Ahora, Nicolás Maduro proclamó el triunfo; el proyecto político al que representa ha gobernado su país desde hace 25 años. Él mismo ya lleva casi una década al frente de su nación.
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El presidente ruso transformó a su país en la “más fuerte dictadura personalizada”, advierte el politólogo ruso Mijail Komin en una entrevista con la agencia alemana Deutche Welle. Según esta entrevista, cuya autoría es de Juri Rescheto, Putin debilitó sistemáticamente todas las instituciones políticas de ese país, a lo largo del cuarto de siglo que lleva en el poder. “Hoy, todo el poder del Estado ruso está concentrado en las manos de una sola persona, las de Putin”.
El último domingo de julio, Nicolás Maduro anunció que había vencido en las urnas, luego de un proceso electoral cuyo desarrollo y resultados han sido cuestionados en foros internacionales. Pero, para el Kremlin todo fue transparente. Es más, diputados rusos que participaron como observadores en las presidenciales venezolanas “destacaron a la agencia oficial RIA Nóvosti que, tanto la campaña electoral como la votación, fueron organizados ‘a alto nivel’”.
Por eso, el portavoz presidencial ruso Dmitri Peskov aseguró que “la oposición venezolana debe aceptar su derrota en las elecciones del domingo y felicitar al ganador, Nicolás Maduro”.
“Vemos que la oposición no quiere aceptar su derrota, aunque creemos que la oposición debería hacerlo. Debe felicitar al ganador de estas elecciones”, pues –dijo- “es muy importante que estos intentos de sacudir la situación dentro de Venezuela no sean alimentados por terceros países, terceras partes, y que Venezuela esté libre de injerencias externas”, según medios oficialistas de Rusia.
En abril de 2010, Putin visitó Venezuela. En esa visita lo recibió el entonces presidente Hugo Chávez. Se evaluaba la instalación de un sistema de lanzamiento de satélites ruso. En septiembre del año previo, Chávez había visitado el Kremlin con la aprobación de una línea de crédito por dos mil millones de dólares, para compra de armamento. Para entonces, Venezuela era el principal comprador de armas rusas en América Latina, por unos cuatro mil millones de dólares.
Chávez visitó Rusia en 2001, 2004, 2006, 2007, 2008, 2009 y 2010. Estos encuentros permitieron impulsar la asociación estratégica de ambos países en lo político, energético, económico comercial, científico y cultural.
Tras el espaldarazo del Kremlin a la reelección de Maduro, Putin confirmó el carácter de la vinculación entre ambos gobiernos. “Las relaciones ruso-venezolanas tienen el carácter de una asociación estratégica (...) Estoy seguro de que sus actividades como jefe de Estado seguirán contribuyendo a su desarrollo progresivo en todos los ámbitos. Esto responde plenamente a los intereses de nuestros pueblos amigos y va en consonancia con la construcción de un orden mundial más justo y democrático”.