Jimmy Jairala Vallazza, descendiente de libaneses, nació en Guayaquil hace 67 años. Le faltaba un año para terminar el bachillerato cuando tuvo la oportunidad de hacer prácticas en la redacción de diario El Universo. Allí empezó su carrera de periodista que se consolidó cuando dirigía y presentaba el noticiero de Canal 10, hoy TC. Hizo periodismo durante tres décadas. Ese es también su mayor activo electoral: “Lo digo con mucha modestia, pero es cierto, ocho de cada 10 personas saben quién es Jimmy Jairala. Pero de esas ocho, cuatro no saben aún que soy candidato”.
En la vida política se inicio hace ya 20 años cuando aspiró a la alcaldía de Guayaquil de la mano del Partido Roldosista Ecuatoriano (PRE). Lo superó Jaime Nebot. A finales de 2006 fue electo diputado, función que ejerció hasta noviembre de 2007 cuando la Asamblea Constituyente de Montecristi disolvió al Congreso Nacional.
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Para 2009, alejado ya del PRE, se postuló para la prefectura del Guayas por el entonces novel movimiento UNO, en alianza con la Sociedad Patriótica de Lucio Gutiérrez. Este triunfo lo llevó a la Prefectura y lo motivó a fundar su propio movimiento político. Así, en 2012, nace Centro Democrático. Eran los tiempos dorados del correísmo y Centro Democrático se unió a Alianza PAíS para lograr la reelección del prefecto Jairala en 2014.
La alcaldía de Guayaquil le ha sido esquiva. En 2019 lo reintentó pero fue superado por Cynthia Viteri del PSC.
Para las próximas elecciones presidenciales, Centro Democrático anunció la candidatura de José Serrano, un exministro de Rafael Correa que se encuentra fuera el país. Tras el rechazo del organismo electoral la inscripción de Serrano, es Jimmy Jairala quien tomó la bandera. Su binomio será Lucía Vallecilla, expresidenta del Club Deportivo El Nacional: “La conozco y estamos identificados por temas del deporte. Ella ha sido una importante dirigente deportiva y es doctora en Jurisprudencia”, enfatiza Jairala.
Preguntado sobre el porqué quiere ser presidente de la República, Jimmy Jairala indicó que busca representar al 60 por ciento de electores que están cansados de la polarización y de la política tradicional. Se identifica como un candidato de centro, con inteligencia emocional y pragmatismo para unir al país.
Jairala afirma que el centro sí existe, pero que ha sido silenciado por redes sociales y teóricos políticos. Considera que el Ecuador ya ha probado otras opciones y que ahora necesita una opción de centro: “Probamos con los revolucionarios, probamos con un banquero, probamos con un joven empresario no tan exitoso, pero probamos”. Y añade que, “en el centro no ha habido ningún actor político todavía que reclame la necesidad de una manera diferente de gobernar este país”.
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Para él, un gobernante de centro debe ser capaz de conformar un gabinete con los mejores hombre y mujeres, sin importar su filiación política. “Yo no necesito una corte de lambones, sino gente que me ayude a gobernar, que me enseñe, porque el presidente no sabe todo”.
A la hora de ponerles nombre y apellidos a sus palabras, fue cauto:
El candidato propone reperfilar la deuda externa y cree que sería posible negociar moratorias con ciertos acreedores, no con el FMI. “Hay un tramo de acreedores con los que sí se podría negociar una moratoria para que podamos tener otro respiro más importante por tres o cuatro años para reactivar la economía”.
De ganar la elección, cree que “al día siguiente de la segunda vuelta el equipo económico tiene que viajar a gestionar una moratoria y al mismo tiempo tratar de conseguir una renegociación con la deuda con China, que son seis mil millones de dólares que están amarrados a la venta del petróleo ecuatoriano y que ya le hemos pagado casi tres veces”.
Aclara eso sí, que “no solamente es un tema que pasa por la deuda, sino por la apertura del país a la inversión extranjera y nacional en sectores en los que equivocadamente se sostiene que no pueden ser tocados por la inversión foránea o nacional porque son parte de la soberanía”. Añadió que, para él, “soberanía es que la gente coma todos los días”.
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Jairala considera también que, para atraer inversión extranjera en infraestructura, no es necesario ningún cambio legal. “Lo que hay que hacer es concesionar, para lo cual no hay que reformar ninguna ley, porque la concesión es el sistema BOT, es decir: construye, opera y devuelve”.
Sobre el sector petrolero, tan venido a menos en los últimos años, Jairala cree que la solución sería reemplazar Petroecuador con una nueva empresa donde el Estado tenga el 51 por ciento del capital y el 49 por ciento sea privado, nacional o internacional. Propone incluso vender parte de las acciones en la bolsa de valores para darle transparencia.
La nueva empresa respetaría la decisión popular de dejar el petróleo bajo tierra en la zona del Yasuní, pero que deberá buscar nuevas reservas que sí las hay y suficientes para suplir lo que estamos dejando de exportar.
En el caso del IESS, el candidato de Centro Democrático propone que el directorio tenga más diversidad en cuanto a representaciones. Y considera que el representante del poder Ejecutivo solo tenga voz, pero no voto: “porque resulta que la plata no es del gobierno, el dinero es de los afiliados”.
Esto serviría, según Jairala para proteger los fondos de la seguridad social: “el problema del IESS es que efectivamente ha sido también parte del reparto político”. En base a ello dice no tener certezas de cuál es la realidad del IESS, “me gustaría saberlo y por eso digo que no debe ser el gobierno el que el que dirija los destinos del Instituto, sino los dueños que somos los afiliados”.
Otro problema nacional son los altos niveles de desempleo. Para enfrentarlo, Jairala opina que: “Lo que tenemos que procurar es la reactivación de la economía. Por ejemplo, con la apertura a los capitales nacionales y extranjeros para que inviertan en el Ecuador. Mientras no tengamos recuperación económica no va a haber ninguna política laboral que funcione”.
El domingo 9 de febrero, los ecuatorianos deberemos elegir al gobernante para el período 2025-2029. Jimmy Jairala, en esta contienda se enfrentará a 15 contrincantes de las diversas tiendas políticas. ¿Podrá el centro político definir la elección? ¿Habrá sorpresas en los últimos días, al igual que las hubo en 2023?