La pandemia en Ecuador trajo consigo graves consecuencias para los niños, niñas y adolescentes en múltiples aspectos, afectando directamente a sus derechos a la educación, salud y a una vida sin violencia y sin trabajo infantil.
Un estudio de la organización World Vision titulado “Diagnóstico sobre la situación de los derechos de las niñas, niños y adolescentes en el Ecuador, antes y después de la declaratoria de emergencia por covid-19”, detectó que 31% de los hogares con niñas y niños menores de 5 años no pudieron acceder a vacunas infantiles debido al desabastecimiento de vacunas pentavalentes y otras vacunas como la de la polio, la fiebre amarilla y la influenza, en gran parte de los centros de salud.
Por otro lado, el cierre de las escuelas también ha causado un gran impacto tanto en el abandono escolar como en la deficiencia de la educación virtual, si se estima que entre el 80% y 90% de hogares de los niveles más bajos y medio bajo, acceden a la educación mediante un celular.
El “costo de la crisis” se ve reflejado también en la cantidad de adolescentes que han ingresado en el mercado laboral. En 2020 alrededor de 420 mil niñas, niños y adolescentes se encontraban en situación de trabajo infantil y adolescente, según el INEC, y se estima que el 71,80% de hogares con niñas, niños y adolescentes perdieron el empleo entre marzo y julio de 2020.
Ecuador es además, el país de Sudamérica con la tasa más alta de desnutrición crónica infantil.
¿Qué se puede hacer para combatir estos dolorosos indicadores? ¿Qué acciones debe considerar el Gobierno y qué podemos hacer nosotros como ciudadanos?