Desde los románticos pasillos de Julio Jaramillo hasta los actuales ritmos urbanos, casi cincuenta años después de su fallecimiento no hay quien llene su espacio, pero hay nuevos ídolos guayaquileños que se perfilan.
Las nueve cuadras de la Zona Rosa están llenas de historia. Su pasado sigue en la memoria pero la fiesta, ahora secuestrada, no regresa en todo su esplendor. Su futuro ha perdido el rumbo.