La Organización de las Naciones Unidas (ONU), estima que los migrantes contribuyen con siete trillones de dólares a la economía mundial. Estos datos fueron expuestos recientemente durante una reunión llevada a cabo en México, para elaborar el borrador del Pacto Mundial para la Migración Segura.
En el caso latinoamericano, solamente en Estados Unidos los más de cincuenta millones de latinoamericanos que componen la población total de ese país, son la minoría más grande a nivel nacional. De los cuales 19,4 millones son trabajadores activos.
Pero hay cifras al respecto, más interesantes aún:
Según el Banco Mundial, en 2015 los migrantes hicieron envíos por 601.000 millones de dólares a sus familias en los países de origen, lo que representa grandes repercusiones en los países receptores.
Según Dilip Ratha, coautor del Libro de datos sobre migración y remesas 2016, publicado por el Grupo del Banco Mundial, los migrantes mantienen más de 500.000 millones de dólares en ahorros anuales. En conjunto, las remesas y los ahorros son una importante fuente de financiamiento de proyectos de desarrollo que pueden mejorar la vida y los medios de sustento en las economías en desarrollo.
Los tres países a los cuales ingresa el mayor número de migrantes son: Estados Unidos, Arabia Saudita y Alemania.
En Asia oriental y el Pacífico, las remesas representaron 129.000 millones de dólares para el año 2015, y se incrementaron en más de 100.000 millones con respecto al año 2014.
En Europa y Asia central las remesas también tuvieron un incremento de 2014 a 2015. En 2015 el valor de las remesas triplicó su valor con respecto al año anterior, representando 36.000 millones.
En el área de América Latina y el Caribe, las remesas aumentaron más de diez veces su valor en 2015, pasando de 6.000 millones en 2014 a 67.000 millones en 2015, siendo el área que obtuvo un mayor incremento de las remesas. Ecuador, México, Brasil, República Dominicana y Costa Rica fueron los países receptores principales.
Las cifras son contundentes. Y según el Fondo Monetario Internacional (FMI), en uno de sus recientes estudios, a largo plazo, tanto los trabajadores calificados como los trabajadores poco calificados que emigran, aportan beneficios a los países que los acogen, incrementando el ingreso por persona y mejorando los niveles de vida.
La inmigración calificada contribuye con talento y conocimientos, en tanto que los inmigrantes poco calificados desempeñan ocupaciones esenciales en las que escasea la mano de obra nativa, lo que le permite a la población del país ocupar puestos que requieren más aptitudes.