Definir qué es justo constituye el eterno debate dentro de toda sociedad. El mundo es diferente, multipolar y claramente hay muchas visiones sobre este milenario principio. Lo que nos puede horrorizar al constatar las leyes vigentes en un determinado país, puede ser que para esa sociedad lo miren como algo normal o como algo necesario. Para mí, este es el caso de los denominados paraísos fiscales, lugares en donde de acuerdo a su legislación es absolutamente legal constituir una empresa que viva solo en el papel, sin empleados o actividad comercial alguna más allá de proteger o esconder capitales de sus dueños, o en su defecto que paguen sumas considerablemente menores en impuestos, en resumen que su naturaleza jurídica sea exclusivamente el proteger la riqueza del patrimonio de sus dueños.
En Latinoamérica dentro de sus élites, es una práctica casi común el hacerse de estas sociedades, en mi ejercicio profesional como Abogado reconozco que he constituido algunas, por diversas razones. Considero por ejemplo como válido, que un empresario exitoso constituya una empresa en otra jurisdicción -off shore- porque su giro de negocio le obliga a tener sedes en diferentes países y sean necesarias la apertura de cuentas bancarias y compañías en el exterior, a fin de dinamizar su actividad comercial. De igual manera creo que es absolutamente legítimo que debido a factores negativos como la inseguridad política y jurídica muy común en nuestra región, obligue a personas honestas a proteger el fruto de su trabajo bien ganado en países donde se les ofrece mayor seguridad. Pero también tenemos que estar claros y esta es la parte que está bien genere una polémica mundial, porque estas sociedades son de igual manera utilizadas para lavar dinero, esconder actos de corrupción y evadir impuestos.
En el Ecuador la historia reciente ha demostrado que cuando el gobernante de turno o su partido político controla al resto de poderes del Estado, simple y llanamente lo político termina estando por encima de lo jurídico, cosa que permite crear leyes con dedicatoria, para mí este fue el caso de la prohibición que tienen ahora los candidatos políticos a la presidencia desde 2017, de no poder tener ninguna compañía en países considerados como “paraísos fiscales”, en su momento el correísmo lo que buscaba era eliminar así al hoy presidente de la contienda electoral.
Por esta razón, invito a subir el nivel del debate, hay que separar a la paja del trigo y tener mucho cuidado en mezclar justos con pecadores, más aún cuando existen claros intereses políticos de grupos opositores al régimen que exclusivamente buscan su fracaso. Esto no quiere decir que no se investigue, todo lo contrario. Por esto, celebro y aplaudo la forma como el Presidente sin dilaciones abrió todas las puertas para prestar las facilidades y que se aclaren sus finanzas por el bien del país. Hay que reconocer y admirar a quien logra hacer dinero honesto, lejos de ser un pecado, a quienes trabajamos para lograr un sustento, nos queda claro que cuesta mucho hacerlo.
Por esto, hay muchos mandatarios y políticos que le deben explicaciones a sus mandantes. Que se aclare el origen de sus fortunas, si existieron o no defraudaciones al erario nacional y sobretodo, si existieron dineros mal habidos. Finalmente, estemos claros y recordemos que si queremos realmente atraer capitales a que inviertan en el país, la forma no es asustándolos sino creando un ambiente de seguridad jurídica y política que permita su llegada.