La muerte de la reina Isabel II pasará a la historia reciente como el acontecimiento más relevante de la geopolítica contemporánea. ¿Qué le espera a Reino Unido y a la geopolítica mundial tras su fallecimiento?
Empecemos recordando que la historia de esta monarca se reescribe al morir su abuelo el Rey Jorge V y al abdicar al trono su tío Eduardo VIII, el destino de Isabel II terminó de cambiar para siempre una vez que su padre, el Rey Jorge VI falleciera, convirtiéndose así en la joven reina de todo el Imperio Británico con tan solo 25 años de edad.
El artículo que lee es un somero repaso de lo que en vida fue la legendaria persona que terminó encarnándose como un ícono dentro de la monarquía británica.
No solo fue la monarca más longeva de la historia -con más de 70 años de reinado ininterrumpido-, sino que Isabel II será recordada principalmente como un símbolo de unión y prestigio para todo el pueblo británico, una líder que logró ganarse el respeto de toda la comunidad internacional, independientemente del concepto que se pueda tener sobre la monarquía como una institución en sí misma.
Fue protagonista indiscutible desde el comienzo, acobijando a su pueblo durante la Segunda Guerra Mundial, vio pasar por su despacho a una docena de primeros ministros, desde el estadista Sir. Winston Churchill, pasando por la dama de hierro Margaret Thatcher, al controvertido Boris Johnson y finalmente fue la recientemente posesionada hace tan solo 48 horas, Elizabeth Truss, la última primer ministra en ser recibida en el Palacio de Buckingham.
Vivió durante 20 olimpiadas y trató con una media docena de pontífices. Vio a su país negociar el ingreso y la salida de la Unión Europea, pero tal vez y sobre todo, logró mantener unida a la Mancomunidad de Naciones o Commonwealth, la unión de 56 países que tienen como origen un reinado de parte del Imperio Británico.
Le sucederá en el trono, con 73 años, su hijo Carlos, quien sin el carisma de su madre y el brillo de su exesposa, la Princesa Diana de Gales, tendrá a su cargo la titánica labor de mantener un legado monárquico en un mundo cambiante y cada vez más globalizado. Esta, sin embargo, será una nueva y diferente historia por escribir.
Paz en su tumba Majestad, su paso por este mundo será siempre recordado.