<img src="https://certify.alexametrics.com/atrk.gif?account=fxUuj1aEsk00aa" style="display:none" height="1" width="1" alt="">
Alberto Acosta-Burneo

Valentía y visión

jueves, 4 julio 2024 - 17:59
Facebook
Twitter
Whatsapp
Email

    La decisión del presidente Noboa de focalizar el subsidio a las gasolinas es una medida audaz y necesaria. Este enfoque no solo es justo, sino que también es esencial para corregir una grave distorsión económica. No podemos seguir desperdiciando nuestra riqueza petrolera en subsidios que, en gran medida, benefician a los más ricos y fomentan el desperdicio. Es hora de redistribuir estos recursos de manera más justa, priorizando a los sectores más vulnerables.

    Las claves del éxito de la estrategia oficial están en: (1) empezar negociando una compensación mediante un sistema sencillo de transferencia bancaria directa a quienes podrían verse afectados y oponerse a la medida, (2) implementar un precio único en las gasolineras, lo que simplifica la administración del subsidio y evita la corrupción, (3) el ahorro generado por la focalización del subsidio permitirá aumentar el número de beneficiarios del Bono de Desarrollo Humano.

    Es crucial reconocer que el sector del taxi, aunque importante, no es un transporte masivo, sino un servicio privado. Sin embargo, la focalización del subsidio es un asunto tanto técnico como político y requiere de un equilibrio cuidadoso entre estos dos aspectos para asegurar el éxito. El gobierno decidió incluir al taxismo en las compensaciones y así desactivar su potencial oposición.

    La política del gobierno se implementará en dos fases: primero, un incremento inicial y luego una banda de precios que permitirá ajustes de hasta un cinco por ciento hacia arriba o un 10 por ciento hacia abajo, según el precio internacional. Esta flexibilidad es un gran avance hacia una gestión más eficiente y adaptable del precio de los combustibles. Queda para una decisión futura la liberalización total del precio de las gasolinas, como existe en la mayoría de los países de la región.

    Contrario a lo que algunos podrían pensar, la eliminación del subsidio a la gasolina no será inflacionaria. Consultemos la historia reciente. En los meses que siguieron a mayo de 2020, los precios de los combustibles subieron, pero la inflación fue negativa en 12 de los 17 meses siguientes. La gasolina representa un costo marginal en la producción y su impacto en la inflación es mínimo. Es imposible que el precio de un insumo de producción cause un incremento generalizado de precios.

    Además, la focalización de los subsidios a los combustibles tendrá un impacto positivo en el medio ambiente. Al reducir el consumo innecesario de combustibles fósiles, disminuiremos las emisiones de carbono. Comparado con el cierre del Yasuní-ITT, que no reduce el consumo ni las emisiones, la focalización del subsidio es una medida realmente eficiente para el medio ambiente.

    Los opositores tienen errores conceptuales graves. Argumentar que no existen subsidios porque hay que comparar con el costo de producción es un error. El precio debe compararse con el costo de oportunidad, no con el de producción. Leonidas Iza se contradice al oponerse a esta medida, alegando defender la naturaleza y a los pobres, cuando en realidad, el subsidio beneficia más a los ricos y fomenta la contaminación. Otros se hacen llamar ecologistas, como Yasunidos, pero defienden el subsidio a combustibles fósiles sin importarles que esto sea contaminante y eleve las emisiones de carbono.

    Es posible que algunos políticos intenten pescar a río revuelto, pero la oposición está dividida y el gobierno ha tomado medidas para desactivar las tensiones con compensaciones. La focalización del subsidio a las gasolinas es una medida necesaria y beneficiosa para Ecuador. La popularidad de un gobernante debe ser invertida en hacer lo correcto, incluso cuando no es popular.

    Más leídas
     
    Lo más reciente