Hellen Quiñónez: la diva luchadora
La periodista esmeraldeña debutó hace dos meses en el noticiero matutino de Univisión en Houston. A los 36 años está confirmando que sus sueños eran más grandes que la fatalidad.
“Nacida en las entrañas de la pobreza en la olvidada Esmeraldas, a las pantallas de Univision Houston”, escribió Hellen, en sus redes sociales al llegar a Estados Unidos después de laborar durante diez años en Teleamazonas. La mayor de cinco hermanos, hija de un militar retirado -héroe de la guerra de Tiwinza de 1995- y de una ama de casa que le enseñó cómo evitar sufrir por la discriminación, Hellen atribuye sus logros a la perseverancia. “Desde niña me visualicé, cuando jugaba siempre hablaba de la tv y de mis sueños. Con disciplina y fe lo logré”, explica la reportera que también fue candidata a reina de su provincia.
Siempre te visualizaste como reportera desde niña, ¿quiénes eran tus referentes en este oficio?
Desde pequeña me imaginé en la televisión viendo a Don Alfonso y queriendo ser como él. Admiro también a Milton Pérez y a Gisela Bayona. En Estado Unidos ahora me inspiro con la carrera solida de Ilia Calderón
Empezaste en Telemar, luego Teleamazonas y ahora Univisión, ¿ser alguien fuera del Ecuador también era una meta?
Definitivamente lo que te puedo decir es que siempre soñé con expandir mi carrera y llevar mi voz a un público más amplio. Trabajar en Univisión ha sido una meta cumplida que me está permitiendo conectar con la comunidad hispana en Estados Unidos y me hace feliz.
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¿Cuándo cierras los ojos, qué recuerdas de Esmeraldas?
Es la etapa más linda y feliz de mi vida, me recuerda a mi casa, a mis abuelos, al rio donde crecí. Recuerdo los colores vivos, el sonido del mar, y la calidez de su gente. Esmeraldas es mi hogar, y siempre llevo en mi corazón su alegría y su espíritu luchador.
Mucha gente te vio en Masterchef, ¿qué descubriste de ti en este programa?
Afirmé mis raíces y mis valores. Siempre le pongo mucho corazón a las cosas, a los proyectos, nunca son un juego aunque así parezcan. Yo pensé que ganaría, era mi propósito. Las jornadas de grabación eran extensas, yo salía a las 10 de la noche y continuaba estudiando hasta la 1 de la mañana con un chef para perfeccionar técnicas. Estoy segura que habrá revancha algún día.
¿Cuál es tu fortaleza como reportera?
Tengo una lucha personal contra la violencia de género, el bullying en el sistema educativo y los enfermos sin medicina. Creo que mi fortaleza como reportera es mi capacidad para conectar con las historias humanas y transmitirlas con empatía y veracidad. Siempre busco dar voz a quienes más lo necesitan.
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¿De quién heredaste tu carácter fuerte y a la vez sensible?
Creo que heredé el carácter fuerte de mi abuelo materno. Fue un hombre valiente que no se dejaba de nadie. Yo tengo un carácter especial, es imposible atemorizarme o discriminarme, soy muy fuerte. Mi sensibilidad viene de mi mama y abuela, quien siempre me enseñaron a ser empática y compasiva.
¿Qué te enseñó Univisión como profesional?
Estoy aprendiendo que hay un mundo fuera por explorar, que siempre hay más proyectos por ejecutar. Me estoy adaptando a un entorno competitivo y dinámico y mejoro mis habilidades periodísticas, ¡a no solo ser diva!
¿Dayana tuvo algo que ver con tu llegada a Univisión?
Sin ella no estuviera aquí. Su apoyo y recomendaciones fueron cruciales para que pudiera dar este gran paso en mi carrera. Dayana es esa amiga que las mujeres merecemos, para dar ese empujón y para que pongan las manos al fuego por ti. Estoy muy agradecida con ella, la admiro mucho.
Vives en Houston, cuéntame de esta ciudad...
Houston es una ciudad vibrante y diversa, con una gran comunidad hispana. Es un lugar lleno de oportunidades y con una rica cultura que me hace sentir como en casa. Es calurosa como Esmeraldas.
Fuiste a los partidos de la selección en Estados Unidos, ¿qué te dijo la gente al verte en las gradas?
Fue como volver a Ecuador. Estuve con Dayana (Monroy). La gente nos reconocía mucho, nos pedían fotos. Ponerme la camiseta del país y disfrutar de los partidos fue una experiencia emocionante. Sentir el apoyo y el amor de mis compatriotas en un país extranjero.
Son más de 10 años que te levantas de madrugada por tu oficio, ¿qué se sacrifica con esta rutina de trabajo?
Es duro levantarse y saber que todo mundo sigue durmiendo. Pero se han renovado las ganas de madrugar, estoy empezando desde cero y por ahora no se puede decir no. Acá me levanto a las 2 de la mañana. Las madrugadas son difíciles, pero la pasión por mi trabajo lo compensa.
¿Tienes sueños pendientes?
Yo soy como una niña pequeña. Todas las mañanas me levanto con ganas de más. Ahora, mis sueños se centran en crear un documental que narre historias de superación y resiliencia de la comunidad latina en Estados Unidos. Quiero también seguir ejecutando muchos proyectos con la fundación Hellen Quiñónez. Actualmente estamos en la búsqueda de recursos para un agasajo navideño en diciembre para diez mil personas en Esmeraldas. Y de forma continua seguiré trabajando en la elaboración de un proyecto para trabajar con mujeres víctimas de violencia.
