Practicando un vestir sostenible y consciente realista
La prenda más sostenible es aquella que vistes con orgullo una y otra vez, expone Sasha Santamaría.
Hablemos sobre prácticas de vestir responsables pero aterrizadas. Hablemos de moda sostenible desde una perspectiva gentil, incluyente y anclada a tierra.
¿Qué es lo primero que viene a tu mente al escuchar “moda sostenible” o “estilo consciente”? Probablemente, la primera imagen sea ropa hecha de diseñador o confeccionada con textiles orgánicos o reciclados. Quizá pienses también -porque seguro lo habrás escuchado muchas veces- que adquiriendo prendas con dichas características es la única vía disponible para convertirte en una consumidora responsable.
Qué tal si te digo que ese es apenas uno de varios caminos, que realmente ser una consumidora consciente va más allá de únicamente comprar ropa etiquetada como “ética”, “ecológica” o “sostenible”. Que puedes tomar conciencia y responsabilidad de tus hábitos de vestir, sin agobiarte por cumplir reglas rígidas, adoptando prácticas adecuadas a tu realidad y posibilidades.
Este paso es determinante para lograr ser una consumidora responsable, puesto que definir tu estilo te concede la gran ventaja de obtener un croquis, -llamémoslo “vestimentario”-, de todo aquello que te favorece. Entonces, esto se convertirá en tu guía al momento de hacer compras, porque podrás elegir con eficiencia y certeza; podrás saber a qué prendas decirle sí y a cuáles no, evitando de esta manera aquellas compras sin sentido, que no hacen más que atiborrar tu clóset, ocupando espacio valioso y provocándote estrés a la hora de vestir.
Otra máxima vital para que desarrolles una mentalidad de vestir responsable: pierde el miedo de repetir tu ropa, tanto en la vida real como en las redes sociales. Es momento de silenciar los prejuicios y subir el volumen de tu intuición. ¿Por qué desistir de usar las veces que quieras y cuando quieras, esa prenda que tanto adoras, porque te hace sentir brillante, elevada, lista para comerte al mundo, sólo porque te da pena que los demás te vean repetirla? Justamente, esta repetición crea apreciación, y esa apreciación hace que desarrolles un vínculo de consideración hacia tus prendas, lo que evitará que salgas a comprar sin sentido cada tanto. Porque la prenda más sostenible es aquella que vistes con orgullo una y otra vez, y el acto más noble que puedes hacer por tu ropa -y por el medioambiente y por quienes la confeccionaron- es aprovecharla al máximo utilizando tu creatividad para combinarla de múltiples maneras.
También quiero recordarte que comprar “moda rápida” -si es lo que tu presupuesto te permite para poder disfrutar de la moda y sentirte linda- no te hace una mala persona. Si, por ejemplo, cuidas tu consumo de agua o luz, ayudas a los animalitos sin hogar o a las personas en situación de calle, ya estás haciendo una gran contribución al bien común.
Finalmente, recuerda que realmente no necesitas mucho, y que acumular ropa en tu clóset no es garantía de un buen estilo. Porque tener estilo no significa comprar ropa en exceso y sin sentido, estilo es la creatividad con la que combinas armónicamente lo que ya tienes en tu clóset, y así, no sólo cuidas tú bienestar sino también el del medioambiente.