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¿Qué considerar en la 'alimentación natural'?

la ingesta de carne y vísceras puede conllevar a diarreas y alteraciones analíticas.

16 mayo 2022 - Mascotas

Los médicos veterinarios Nicolás Holguín y Pamela Fuentes Ciprés, docentes de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid, explican en qué consiste la alimentación natural para perros y gatos, y los dos tipos de dietas naturales más utilizados, así como lo que hay que tener en cuenta al proporcionar esta alimentación a los peludos y qué beneficios puede proporcionar.

“La alimentación natural consiste en ofrecer al perro o gato alimentos frescos como carne, pescado, fruta y verduras, de donde obtienen los nutrientes necesarios para cubrir sus necesidades nutricionales de una forma más sana y natural. Dentro de este tipo de alimentación, las más utilizadas son la BARF o alimentación cruda biológicamente apropiada y la dieta cocinada”. Holguín señala que la dieta BARF se caracteriza por ofrecer a la mascota carne y huesos crudos.

ALIMENTOS CRUDOS O COCINADOS

“Se ha dicho que a los perros y gatos no se les deben ofrecer huesos, y eso no está del todo mal indicado, pero hay que tener en cuenta que los huesos que se ofrecen en este tipo de dietas vienen envueltos en carne, es decir, no se ofrece solamente hueso como tal, sino que deben de ir con un porcentaje de carne que lo recubra”, destacó Fuentes.

Además, la veterinaria explica que siempre debe darse crudo, porque cuando se cocina pierde ciertas propiedades, como su dureza, lo que hacen que puedan con facilidad astillarse y también afecta a la parte carnosa ya que es más vulnerable de ser removida del hueso. "Cuando está cruda, esto no pasa y, por tanto, su ingesta es más segura", añade.

“Las verduras o frutas para las mascotas serán aquellas que no entren en la categoría de tóxicos para los animales y que solemos consumir en nuestro día a día”, aconseja Holguín.

De la misma manera, indica que es importante que la cantidad diaria que se le ofrece al animal sea la adecuada para evitar problemas de pérdida o subida de peso. Y también que las cantidades de cada grupo de alimentos sean las que se corresponden con las características de cada mascota, ya que un exceso en la ingesta de carne y vísceras puede conllevar a diarreas y alteraciones analíticas, y un exceso de huesos, puede provocar estreñimiento.

"De ahí, la importancia de documentarse bien o consultar con un veterinario que trabaje en esta área, sobre todo si hablamos de animales con patologías en los que hay que tener en cuenta diferentes factores”, subraya.

HACIA LA DIETA COCINADA

La principal diferencia de la dieta cocinada es que todo pasa por un proceso de fuego respetando diferentes tiempos según el alimento. “Esta dieta no lleva huesos, por lo que el aporte de minerales como el calcio y otras vitaminas se deben administrar mediante el uso de suplementos”, señala la veterinaria.

También indica que el aporte de verduras y cereales es mayor que en la BARF, ya que se usan alimentos como yuca, quinua o arroz integral. “Este aporte de hidratos de carbono es necesario para ayudar al tránsito digestivo, al saciado y, por supuesto, al aporte de nutrientes que otros alimentos no proporcionan o lo hacen en menor medida”, destaca.

“Para personas que desean pasar a su mascota a la nutrición natural pero le temen al tema huesos o les inquieta ofrecerle carne cruda, esta es una buena opción. Pero vale recalcar que ofrecer arroz con pollo cocinado y zanahorias, no es una dieta equilibrada y tampoco lo podemos considerar alimentación natural propiamente dicha, porque faltan elementos de alimentación óptima”, recuerda.

Otro punto fundamental a la hora de adoptar este tipo de nutrición para la mascota es que hay que tener en mente la organización del tiempo para el preparado de las raciones, la suplementación necesaria para que las necesidades nutricionales estén cubiertas, y la higiene y limpieza.

Holguín indicó que, “si se trata de un animal con alguna patología, siempre hay que tenerlo bajo la supervisión de un veterinario nutricionista, y que se deben adquirir los productos en tiendas de confianza. Para ambas dietas existen opciones comerciales, que son los menús preparados. Es un modo cómodo de tenerlo ya hecho, pero no es individualizado para cada mascota, al ser proporciones genéricas, por lo que es importante consultar antes con su veterinario”, concluye.

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