Diez años después de una de las separaciones más comentadas de Hollywood, Gwyneth Paltrow mira al pasado. En una emotiva conversación para el pódcast Anna Faris Is Unqualified, la actriz dijo: “Nunca quise no estar casada con el padre de mis hijos. Nunca quise divorciarme”.
En 2014, cuando Paltrow y Chris Martin, líder de Coldplay, anunciaron su separación, lo hicieron sin escándalos ni reproches, sino con un comunicado que hablaba de tristeza, unidad y amor transformado. Pero detrás de ese gesto elegante y sereno, había una batalla emocional interna que ahora Paltrow se anima a compartir.
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Gwyneth y Chris no se separaron porque dejaron de quererse, sino porque entendieron que la forma de amar también evoluciona. “Lo intentamos todo. No queríamos fallar”, dijo la actriz, quien admite que el proceso fue doloroso, pero finalmente liberador. A lo largo del camino, ambos construyeron una nueva manera de relacionarse: como padres, como amigos, como equipo.
Paltrow recuerda que, entre el momento en que supo que su matrimonio estaba cambiando y el momento en que ambos lo aceptaron, hubo dudas, miedo y resistencia. Pero también aprendizaje. “Aprendí más sobre mí misma a través de ese proceso, de lo que podría haber imaginado”, confesó, destacando cómo el divorcio se convirtió en un punto de inflexión para su crecimiento personal y su posterior relación con Brad Falchuk, con quien se casó en 2018.
“Somos y seremos una familia, y de alguna forma estamos más unidos que nunca”, escribieron en su famoso comunicado. A día de hoy, lo demuestran. Se les ha visto juntos en eventos, vacaciones familiares e incluso compartiendo momentos con sus respectivas parejas, en una convivencia afectuosa.