Las afectaciones físicas que puede provocar el desamor
Es más común de lo que parece encontrar como eje de inspiración para innumerables expresiones de arte al desamor, y son muchos los compositores y artistas que hablan en una diversidad de formas sobre la desilusión y tristeza del final de una historia de amor o de uno imposible.
En este contexto, se comenzó a viralizar el estudio de una reconocida escritora y periodista científica llamada Florence Williams, quien a través de su experiencia personal y búsqueda de respuestas científicas, llegó a varias conclusiones sobre cómo el rechazo amoroso puede llevar a serios trastornos de salud, e incluso a afectar el sistema inmunológico, hasta provocar enfermedades como la diabetes tipo 1, que le fue diagnosticada a ella tras descubrir que su exesposo y padre de sus hijos le era infiel.
"Sentí como si me hubieran hachado el corazón, como si me faltara una extremidad, estuviera a la deriva en un océano, en medio de un bosque aterrador. Me sentí en peligro...Me quedé realmente anonadada por lo profundamente que lo sentí, no solo emocionalmente, sino también físicamente. Sentí una ansiedad intensa. Sufrí de insomnio. Perdí alrededor de 20 libras de peso en pocos días". fueron algunas de las palabras que usó Williams para describir su experiencia.
Tras esto, contactó a distintos profesionales en el tema, quienes la ayudaron a tomar decisiones personales y a encontrarle un sentido y razón de ser a su dolor físico por el desamor.
Uno de ellos fue John Cacioppo, profesor de Psicología y Neurociencia Conductual de la Universidad de Chicago, quien identificó un vínculo entre la soledad y la forma en que se expresan los genes en un pequeño pero repetido estudio.
"Medimos ciertas células de mi sistema inmunológico en diferentes momentos después del divorcio...Lo que buscaba eran marcadores de inflamación, porque ha descubierto en sus décadas de investigación que aumentan en personas que se sienten amenazadas, y también en personas que se sienten solas", contó Florence.
Estudios posteriores al de Cole, personas solitarias también demostraron que eran más vulnerables a los virus y producían más células inmunes que generan inflamación.
"Parece que, cuando hemos sido abandonados, nuestros cuerpos lo interpretan de la misma manera que si nos hubieran dejado literalmente solos en la sabana: es ese mismo proceso, de nuevo, profundamente evolucionado", afirmó el profesional.
La referencia es a "esa sabana de nuestros primeros ancestros, en la que si un cazador-recolector estaba aislado tenía más probabilidades de contraer una enfermedad transmisible que de ser atacado por un depredador", dijo. De ahí el sentido evolutivo de esa respuesta inmune: el cuerpo aumenta las defensas para combatir heridas físicas, y reduce otras.
Asimismo, otros investigadores en estudios de resonancia magnética han descubierto que el dolor social del desamor se procesa cerca de partes del cerebro que lidian con el dolor físico, lo que, para la periodista, demuestra que el dolor social y debe ser tomado tan en serio en nuestro cerebro como el dolor físico.