El poder transformador del yoga facial
A pesar de que realizarse tratamientos faciales en tu centro estético favorito cada mes forme parte de un mundo femenino ideal, lo cierto es que las diversas actividades que acompañan nuestro día a día muchas veces lo impiden. Como alternativa más accesible se encuentra el Yoga Facial, un ejercicio que puedes incluir en tu rutina de cuidado desde casa para prevenir el envejecimiento prematuro, o suavizar la apariencia de arrugas en el rostro.
En esta ocasión, conversamos con Alejandra Manosalvas, cosmetóloga especializada en Yoga facial y Gua Sha, quien resalta los beneficios de esta metodología a partir del reconocimiento de los músculos que tenemos en el rostro, y que requieren de una correcta oxigenación y moldeado para lograr una piel saludable y tonificada.
Al igual que en el yoga corporal, el facial nos invita a implementar lapsos diarios de respiración consciente, sobre todo al momento de la rutina de cuidado facial, acompañados de movimientos estratégicos que liberen tensión y sigan las propias líneas musculares del rostro. “Si una persona tiene una mala postura limita el retorno venoso y obstruye la circulación sanguínea que el rostro necesita para estar y verse sano, es ahí en donde se empiezan a percibir bolsas de ojos, papada pronunciada, e inflamación en la cara”, comenta la experta.
De modo que, Alejandra lo define como el tiempo de desplazar tus manos de manera consciente en los músculos de la cara, retirando el espasmo de todo el día que está contenido en zonas específicas, y dejar que los productos cosméticos oxigenen y alimenten la piel de manera correcta, es decir, nos hace más conscientes a la hora de tocarnos la cara.
Entra a este link para aprender una rutina de yoga facial: primeros pasos.
Claves del Yoga Facial
Limpia el rostro con un jabón adecuado según tu tipo de piel, reemplazando los movimientos circulares en mejillas por arrastres que vayan desde el centro a la periferia.Elimina espasmos y contención muscular con respiración consciente y estiramientos faciales (incluyendo cuello y pecho) en seco, ya que no se trata de halar la piel, sino de activar músculos y el flujo sanguíneo.Aplica tus productos de cuidado con movimientos en líneas ascendentes, desde centro hasta la periferia, entre 3 a 6 repeticiones máximo.
Importante: el uso de implementos como piedras o rodillos no es obligatorio, las manos pueden ser un buen instrumento a la hora de realizar acciones de drenaje en el rostro. Tampoco es imprescindible hacerlo con aceites, los mismos productos de la rutina pueden ser útiles para tonificar los músculos de la cara.
Elimina la hinchazón
De acuerdo con la cosmetóloga, incorporar movimientos localizados mientras realizas tu ‘skincare’ será clave para suavizar marcas que parecen imposibles de disimular. Por ejemplo, en el caso de las bolsas de ojos, es importante dedicar unos minutos más al segundo paso de la rutina.
“Una vez que yo aplico el producto (contorno de ojos), voy a generar ciertas activaciones en los costados de mis ojos, con una intención drenante para liberar ese exceso de líquido retenido en esa zona. Si yo soy constante y disciplinada en realizar este paso en mi rutina diaria, voy a resetear mis músculos faciales y a notar cambios en la apariencia de mi piel”, explica la especialista.
Potenciador de bótox
Aunque en ocasiones esta práctica se presenta como opuesta al bótox o rellenos, la experta en Yoga Facial señala que, de hecho, son perfectamente complementarias. “Al yo tener un rostro con una correcta definición muscular, el cirujano va a tener una apreciación mucho más acertada de lo que realmente necesito”, comenta.
Gracias a que esta metodología prioriza la relajación y tratamiento de las líneas musculares del rostro los resultados de procedimientos estéticos duran mucho más, ya que el yoga facial practicado a diario permite crear el hábito de hacer un drenaje constante y liberar el exceso de agua y toxinas.