“Ser influencer no es ir a comer gratis a un restaurante, es influenciar a tu comunidad de manera positiva siento autentica e imperfecta”
Fernanda siempre sonríe y contesta cada pregunta con entusiasmo. Descomplicada y empeñosa desde que empezó su vida artística hace 16 años, vibra con ser presentadora de programas televisivos o influencer ante su millón y medio de seguidores en IG. “Disfruto la vida al máximo, mientras exista salud, todo se soluciona. Valoro la salud, porque mi madre (Alexandra Jacqueline) murió de cáncer, es un regalo”, dice.
“Mido 1,56 metros y fui modelo y bailarina, soy mamá de tres y no escondo mis formas. Siempre le digo a mi hija: ‘Puedo ser arrugada como una pasa, tener el cabello quemado, lo que tengo que entregar al mundo es tan grande que da lo mismo”.
La nueva copresentadora del Reality “Desafío a la fama” en Ecuavisa confiesa que tuvo que estudiar para neutralizar su acento chileno. “No solamente somos muy mal hablados pero cortamos mucho las palabras. Hoy en día es muy difícil adivinar de dónde vengo”, cuenta la mamá de 35 años que regresa a la pantalla chica después de tres años y medio de ser mamá por partida doble.
“Durante la pandemia me dediqué a mis hijos José Alejandro (3), Maximiliano (2) y mi hija mayor Sofía de 11 años. Los dos chicos siempre me conocieron haciendo video como influencer así que es normal para ellos ser partícipe de todo lo que filmo en casa”, acota Fernanda que se define como comunicadora. “En Chile estudié arte, comunicación y canto, trabajé en radio, presenté obras de teatro y me di a conocer en dos reality”, cuenta la nueva estrella de Ecuavisa.
Recuerda que siempre estuvo ligada a Ecuador. “En Chile mi pareja era ecuatoriana y cuando Betty Mata compró la franquicia del reality Calle 7 me buscó para proponerme hacer el programa en Ecuador. Fueron tres años de negociaciones pero finalmente acepté y no me arrepiento”.
Fernanda ha hecho carrera en los realities. El último espacio en el que estuvo fue 'BLN'. Antes fue parte de 'Calle 7', 'Soy el mejor', 'Atrevidos', 'Faranduleros' y 'Ya es mediodía'. “Conocí a mi esposo Ricardo Blanco en Calle 7, capitulo Ecuador, tenía 19 años y yo 23. Para mí era un niño, si siquiera tenía vello en la cara”, añade soltando una carcajada.
“Coincidimos otra vez en BLN y ya vi un hombre para mi, tenemos cinco años juntos”. ¿Cómo viven juntos dos egos que se conocieron en televisión? “Fue un tema de evolución. Le propuse dejar el reality para pensar en el futuro. Estudió, dejó la Tv. Hoy es un excelente productor y vivimos de nuestra agencia. No hay guerra de ego porque trabajamos en ser los mejores en lo que hacemos. Además mi esposo siempre me dice "¡contigo no hay como pelear, para todo tienes una respuesta!”
La entrevista está por terminar y Fer se apresura para llegar a tiempo a casa, almorzar con sus hijos, llevarlos a sus clases de fútbol y matemáticas antes de empezar sus propias clases de comunicación de 17 hasta 22 horas.
Fernanda es una ecuatoriana más, una chilena casada con un cubano en Guayaquil, una mamá que se aventuró a ser una estrella fuera de su país. Cuando habla de Chile sus ojos color miel brillan y recuerda su casa en Santiago al pie de la Cordillera donde la nieve abundaba en los inviernos.
Piensa en su familia tan ecléctica como entrañable: “Un papá ingeniero comercial, un hermano arquitecto y mi mamá y mi otro hermano, chef internacional. Pareciera que soy la única ´famosa´de la familia pero mis abuelos me trazaron el camino. Mi abuela materna quería ser actriz y bailarina y mi abuelo paterno era del teatro nacional chileno. Soy una mezcla del talento y de los sueños de todos ellos, me siento agradecida con la vida”.