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Álvaro Esteban: motociclista que viajó de Ecuador al fin del mundo; 3 años de travesía y aventuras

El guayaquileño emprendió el viaje de su vida en plena pandemia. Sin ninguna ayuda logística y económica decidió atravesar ocho países a bordo de su “colorada” hasta llegar al pueblo más austral del mundo.

sábado, 25 mayo 2024 - 13:09
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Para muchos Álvaro podrá ser loco e irresponsable, para los demás valiente y soñador. Lo único seguro es que este señor de pocas pulgas es tan libre que provoca admiración. Se atrevió a vivir una película de suspenso con un final incierto.inspirado por Charly Sinewan -viajero aventurero, escritor y documentalista español, que viaja por el mundo en motocicleta desde el año 2009-: “Me llené de coraje, vendí mi carro y mi casa, pagué mis deudas, me compré una moto nueva y dije ´voy a vivir la vida´”, cuenta el guayaquileño quien a los 11 años actuó en la telenovela “Por Amor Propio” (1987). “Dejé la actuación porque el actor principal se suicidó, se llamaba Pepe Arai...”

$!Para llegar al fin del mundo Álvaro atravesó Ecuador, Perú, Bolivia, Argentina, Paraguay, Brasil, Uruguay y Chile.

Lugares maravillosos

Hablamos de aventura, para Álvaro todo comenzó en el 2021. Se compró una Honda CB 500 X apodada “la colorada” y empezó una travesía hasta el fin del mundo. “Cuando estuve en Brasil yendo para Ushuaia, un amigo Brasileño me dijo que el fin del mundo no era Ushuaia sino Puerto Williams, así que mi destino cambió. “Demoré más de 3 años en llegar porque como no tuve patrocinio y me tocó trabajar. Entre Ecuador, Perú, Bolivia, Argentina, Paraguay, Brasil, Uruguay y Chile fui mozo, recepcionista, chofer, jardinero, limpié piscinas, pinté los hostales donde llegaba...Dormía en las gasolineras o los motoclubes”, cuenta el hombre sin ataduras. “Mi única familia fue mi abuela quien murió el año pasado a los 100 años. Ella era todo para mí. Papá no tengo, mi Mamá es una extraña también, tengo un hijo que ya no veo”.

$!Las Cataratas del Iguazú no podían faltar en la travesía de Álvaro. Ya fueron consagradas como una de las Siete Maravillas Naturales del Mundo.

De esta travesía Álvaro recuerda con agradecimiento Brasil y Bolivia: “En Brasil viví 7 meses porque tuve que operarme la vesícula, ellos me ayudaron con el seguro social y no pagué ni una pastilla. También me gustó Bolivia porque la gente me ayudó a pagar una multa de $850 injustificada”, recuerda el guayaquileño que define el viaje como “la alegría de no saber qué vas a comer ni dónde vas a dormir”.

$!Álvaro al pie del Cristo del Corcovado en Rio. La postal más famosa de Brasil, el país con más católicos del mundo. La descomunal estatua mide 43 metros.

A lo largo de tres años Álvaro conoció lugares maravillosos como el Machu Picchu, el Salar de Uyuni, el Corcovado de Río, las cataratas de Iguazú, los dedos de Punta del Este, el Obelisco de Buenos Aires, la tumba de Pelé en Santos y la casa de Maradona en Villa Fiorito...

$!Álvaro en el Machu Picchu, uno de los atractivos turísticos más visitados por turistas de todo el mundo.

Hacia Puerto Williams

“Desde hace un año que supe de la existencia de Puerto Williams en Chile, decidí ir y soy el primero en lograrlo en moto. Muchos piensan que Ushuaia es el fin del mundo por desinformación o por el tremendo trabajo de marketing que se realiza pero Puerto Williams es el verdadero fin del mundo porqué queda geográficamente en la parte más austral del mundo”, define el viajero que se enamoró de la calidad de vida del pueblo chileno. “Las puertas de las casas están abiertas, las bicicletas en las veredas, aquí no hay rejas. Se ven las montañas donde nace la cordillera de Los Andes. Acá vive la tribu Yagan que tiene más de 7000 años de antigüedad, aquí también estuvo Charles Darwin

$!Puerto Williams es el verdadero fin del mundo porque queda geográficamente en la parte más austral del mundo. Su nombre viene en reconocimiento a la labor del Capitán de Fragata John Williams.

Álvaro se había fijado una meta pero finalmente vive disfrutando el camino. “Este viaje me enseñó a no tener miedo. Me siento libre e independiente. La vida es un regalo y valoró los momentos”. ¿Piensa regresar a Ecuador? “Por el momento no tengo ninguna ilusión de regresar, ahora estoy trabajando haciendo voluntariado donde estoy viviendo, y estoy bien. Voy a ver si saco una vida de trabajo y me quedo unos meses aquí esperando que pase el frío. Mi idea es llegar a Alaska pero todavía no defino nada”.

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