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Sostenibilidad

El voraz apetito de China por el calamar en aguas sudamericanas

En los últimos años la cantidad de embarcaciones que capturan calamar se han incrementado, casi en su totalidad provienen de China.

lunes, 6 febrero 2023 - 14:33
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Mañana inicia en Ecuador la convención de la Organización Regional de Ordenamiento Pesquero del Pacífico Sur (Orops-PS), que busca garantizar la conservación y uso sostenible de las especies marinas. Con ello se abre la posibilidad de discutir y establecer medidas para proteger al calamar gigante o pota, una especie altamente presionada por su acelerada demanda global, principalmente en China. Solo en los últimos cinco años se han capturado entre 800.000 toneladas y 1,16 millones de toneladas. Un equipo de la Red Transfronteriza de OjoPúblico en alianza con la Revista Vistazo revisó las propuestas que China, Perú y Ecuador llevarán al evento. China aspira a mantener su supremacía en la pesca en aguas internacionales.

Calamar gigante, pota o Dosidicus gigas: mide hasta 3 metros de longitud y puede alcanzar 50 kilos de peso. Se trata de una de las principales especies del Océano Pacífico sudeste y al mismo tiempo es una de las que mayor presión comercial tiene en el mundo. Todos los meses se extraen miles de toneladas, gran parte, de las aguas internacionales ubicadas frente a los mares de Ecuador, Perú y Chile. El principal actor detrás de ese voraz apetito es China: tiene una flota declarada de 671 barcos.

La captura de calamar ha aumentado durante los últimos 20 años. Solo en los últimos cinco años se han capturado entre 800.000 toneladas y 1,16 millones de toneladas. Esta acelerada presión sobre la especie ha alertado a los expertos. Y precisamente, mañana comienza un evento en Ecuador para discutir medidas para garantizar la sostenibilidad de la especie: la reunión anual de la Comisión de la Organización Regional de Ordenamiento Pesquero del Pacifico Sur (Orops-PS, o Sprfmo, por sus siglas en inglés).

La pesca en alta mar del calamar gigante es regulada por la Orops-PS, un acuerdo internacional integrado por países con intereses pesqueros cuyo objetivo es garantizar la conservación y uso sostenible en las aguas ubicadas frente a las costas de Ecuador, Perú y Chile. Es decir, regula la extracción del calamar gigante fuera de la zona marítima que pertenece a los Estados.

En medio de la discusión sobre cómo evitar el colapso de la especie, uno de los países que ha enviado su propuesta fue China. El 24 de diciembre del año pasado, envió su propuesta oficial sobre cómo limitar la expansión de la flota potera. Esta propuesta será debatida durante la reunión que se realizará entre el 7 y 10 de febrero en Manta, Ecuador.

LA NECESIDAD DE PROTEGER LA ESPECIE

La Orops-PS agrupa a 15 países, entre ellos, China, Corea, Taiwán, Estados Unidos, Perú y Ecuador.

El comité científico de esta organización ratificó el año pasado la urgencia de limitar el esfuerzo pesquero y frenar el crecimiento de la flota china, que concentra más del 90% de la pesca en aguas internacionales.

$!Esta es la ruta que sigue la flota asiática para la pesca del calamar y otras especies entre el Océano Pacífico y el Océano Atlántico Sur.

La propuesta de China –revisada para este reportaje– es que el límite de la flota se establezca en función de la cantidad de buques y el tonelaje autorizados hasta el 31 diciembre de 2020. Sin embargo, para este fin cuentan el número de buques registrados, en lugar del número de buques operativos, a diciembre de 2020.

A diciembre del 2020, China tiene registrados 671 buques, mientras que Taiwán reportó 45, Corea del Sur 30. Bajo estos estándares la flota y capacidad de extracción China no tiene ningún contrapeso.

Ulises Munaylla, biólogo peruano y exintegrante del comité científico de la Orops-PS, explica que debió considerarse “el número de embarcaciones operativas”, que en el caso de China son 557, pues con las 671 registradas “no se estaría limitando el esfuerzo, sino que se seguiría permitiendo la posible sobreexplotación del recurso”.

$!Más de 600 embarcaciones del gigante asiático navegan en aguas internacionales para la pesca de calamar gigante.

El comité científico también recomendó que los Estados costeros que no han desarrollado la pesquería del calamar gigante puedan hacerlo de forma regulada.

El biólogo cuestiona la falta de coordinación de los países vecinos para lograr una posición conjunta, que defienda los intereses de los Estados costeros. La expresión más significativa de la ausente visión regional es que Perú y Ecuador han presentado propuestas distintas para esta reunión de Orops-PS.

¿QUÉ DICEN LAS PROPUESTAS DE PERÚ Y ECUADOR?

Ecuador plantea regular el traslado del calamar de una embarcación a otra en alta mar (con el fin de que sea procesado, sin llegar a un puerto) y aumentar progresivamente el número de observadores en las embarcaciones que extraen recursos en alta mar. Actualmente, solo el 5% de los buques tiene observadores.

Esta propuesta recomienda que hasta el año 2026, el 30% de las embarcaciones con longitud mayor a 24 metros deban tener por lo menos un observador calificado para recolectar datos. Este porcentaje –según el planteamiento– debe incrementarse a partir de 2024 (10%) y 2025 (20%).

“La mayor parte de embarcaciones que operan en aguas adyacentes a la zona económicamente exclusiva de los Estados de la región están registradas en la Orops-PS y, por tanto, autorizadas. Sin embargo, al no contar con normativa complementaria para la pesquería a nivel internacional, no se ha regulado el incremento de la cantidad de embarcaciones”, señaló el viceministro de Acuacultura y Pesca de Ecuador, Andrés Arens, en una entrevista realizada a través de un cuestionario, enviado por esta alianza en 2022.

Según el viceministro, “el mayor riesgo detectado hasta el momento ha sido la densidad de la flota extranjera, cuya luz y métodos de pesca nocturnos ahuyentan a cardúmenes de otras especies de la región, como el atún”. Y en ese sentido, considera, que “la única forma de tener información real sobre el registro de capturas es a través de la implementación de un gran programa de observadores”.

Sin embargo, China se resiste a incrementar un mayor número de observadores.

LA SITUACIÓN EN PERÚ

La pesca de pota en Perú es considerada la segunda pesquería más importante, solo superada por la anchoveta. En el 2021, este país exportó 370.889 toneladas, un 30% más respecto al año anterior, muy cerca al pico histórico del 2019, cuando llegó a un total de 382.469 toneladas. El principal destino de todo lo extraído fue China.

Si se suma lo extraído tanto en aguas internacionales como nacionales, Perú y China casi igualan la cantidad de pesca anual de calamar. Esto a pesar de que hay una enorme diferencia entre ambas flotas: la flota peruana estuvo compuesta el 2022 por 4.248 embarcaciones artesanales que capturan en aguas nacionales, y la china, por 527 barcos industriales (en 2021), es decir buques con una capacidad de bodega muy superior, que capturan en aguas internacionales.

La regulación de la captura de calamar en aguas nacionales peruanas está a cargo del Ministerio de la Producción (Produce).

Perú ha establecido una cuota anual para la captura dentro de sus 200 millas marinas. La cuota normalmente fluctúa en alrededor de medio millón de toneladas por año. Esta es definida por el Instituto del Mar del Perú (Imarpe), ente científico del Produce, que evalúa y emite un informe sobre la situación de la especie y sus perspectivas de pesca para el año siguiente.

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El gran reto de la pesquería peruana es ingresar a aguas internacionales. A enero del 2023, solo seis embarcaciones artesanales, con capacidad de bodega no mayor de 26 metros cúbicos estaban registradas en la Orops-PS, es decir, solo esas podían realizar pesca de calamar en altamar.

Con esa ínfima cantidad de pequeñas embarcaciones, si se estableciera una cuota en base al récord histórico de pesca y se mantuviera la flota, como sugiere la propuesta de China enviada a la Orops-PS, el Perú tendría mucho que perder frente a la poderosa flota china, pues se tendría en cuenta lo pescado en aguas internacionales, no en las nacionales.

Sin embargo, para la próxima reunión que se llevará a cabo en Ecuador, Perú no ha presentado ninguna propuesta al respecto. La única iniciativa del gobierno peruano está relacionada con los observadores a bordo.

La propuesta plantea que hasta el 1 de enero del 2026 se permita que las embarcaciones de una longitud no mayor a 15 metros “de los estados en desarrollo que tengan dificultades extraordinarias de alojamiento y seguridad para tener consigo un observador a bordo empleen un enfoque de monitoreo científico alternativo, que recopile datos equivalentes a los dispuestos”.

La propuesta agrega que esto no significa que todas las naves tengan que usar este mecanismo alternativo.

El Estado debe garantizar que habrá observadores a bordo en el 5% o más de los viajes de las embarcaciones pesqueras artesanales involucradas que pesquen en aguas internacionales, las que brindarán información detallada sobre la captura, zonas de pesca, esfuerzo pesquero y datos biométricos y biológicos de lo capturado.

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Asimismo, se debe garantizar una cobertura aproximada del 80% o más de los desembarques de las embarcaciones pesqueras artesanales, a través de observadores. También se plantea garantizar la cobertura del 90% o más de los viajes de las embarcaciones pesqueras artesanales, a través de un sistema de información utilizando una aplicación de trazabilidad que se ejecuta en teléfonos inteligentes portátiles, con los cuales los pescadores proporcionarán información en tiempo real.

“Perú está poniendo sobre la mesa que tiene una pesquería artesanal, para que se inicie la discusión, porque las reglas están enmarcadas para la flota industrial”, señala el ingeniero pesquero Eloy Aroni Sulca, consultor marítimo y especialista en pesquerías de aguas internacionales.

El experto explica que las condiciones de las embarcaciones artesanales que opera Perú no permiten el mismo tipo de trabajo que realiza la flota industrial china, debido a que los barcos son pequeños e incluso podrían tener dificultades para implementar un camarote más para albergar al observador a bordo.

“Esto va a ser parte de la discusión. ¿Cómo es la operación de pesca de un barco artesanal y cómo se diferencia con uno industrial?”, consideró.

Para Alfonso Miranda Eyzaguirre, presidente del Comité para el Manejo Sostenible del Calamar Gigante en el Pacífico Sur (Calamasur), la propuesta de Perú es razonable, porque busca entender los problemas que se tendría con la flota artesanal para cumplir con la presencia de observadores a bordo.

Para este reportaje, se solicitó información al Ministerio de la Producción de Perú respecto a su posición sobre la moratoria del esfuerzo pesquero, la implementación de más observadores a bordo, entre otros aspectos a discutir en el evento que empieza mañana en Ecuador.

El ministerio, a través de su área de Comunicaciones, se excusó de responder para evitar adelantar opinión sobre las propuestas presentadas.

OTRAS PROPUESTAS

Calamasur, aunque no tiene derecho a voto, ha puesto a consideración de la próxima reunión de la Convención otras tres propuestas: una relacionada al uso del idioma español e inglés en las comunicaciones oficiales y reuniones; otra, sobre los transbordos y, la última, respecto a una moratoria temporal.

Sobre esta última, se propone establecer una moratoria temporal sobre la activación de nuevos buques pesqueros industriales (de longitud mayor a 20 metros) dedicados a la pesca del calamar gigante en el área del pacífico sur, con el fin de controlar el esfuerzo pesquero a través del número de embarcaciones.

“Ya no pondríamos más barcos de los que ingresaron a diciembre del 2020, con lo cual reduciríamos el esfuerzo pesquero de la flota de aguas internacionales”, comenta Alfonso Miranda.

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En la actualidad un buque puede pescar calamar gigante y transferirlo a otro barco más grande para que lo lleve a puerto o lo procese en el mismo mar.

La propuesta sobre los transbordos de calamar de Calamasur persigue mejorar los controles. “Lo ideal sería que se prohíban los transbordos en altamar”, considera.

Esta organización aspira a que, en la pesca del calamar, la Orops-PS, como ha hecho la Comisión Interamericana del Atún Tropical, se obligue a que los barcos no hagan transbordos. Como eso aún no es posible, entonces propone ajustes para una mayor transparencia.

El experto chileno en políticas oceánicas, Max Bello, plantea otra propuesta. Señala que sería recomendable prohibir el ingreso de nuevas embarcaciones, “sobre todo hasta que no haya reglas claras y se haga un manejo real del recurso, así como de los impactos ecosistémicos”.

Para Bello, “esta evaluación debería decirnos si hay sobrepesca, que posiblemente ocurre, y eso significa que la flota debería decrecer”. También señala, como otros investigadores, que la flota china no solo extrae calamar sino también, a su paso, otras especies, como los tiburones.

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En 2017, el buque chino Fu Yuan Yu Leng 999 cruzó ilegalmente la reserva marina de Galápagos. Al abordarlo, las autoridades ecuatorianas hallaron 7.639 tiburones de 12 especies, nueve de ellas consideradas vulnerables, según el estudio de biología molecular realizado por la Universidad San Francisco de Quito con el apoyo del Parque Nacional Galápagos.

En ese cargamento también se encontraron sacos con aletas de tiburón.

La justicia de Ecuador encarceló a la tripulación, incautó la nave e impuso una multa equivalente a 6,1 millones de dólares.

El excomandante de Operaciones Navales de este país, Darwin Jarrín, estima que alrededor de 245 barcos (número identificado en 2019) ocuparon las aguas internacionales ubicadas frente al mar de Ecuador.

Jarrín, quien fue comandante general de la Armada desde fines de 2018 hasta fines de 2020, identifica que la superficie marina que la flota ocupó en 2019 representa el área de las provincias de Guayas, Manabí y Santa Elena, juntas.

El excomandante lamenta que el país perdió la oportunidad histórica de contar con un buque de investigación oceanográfica, por una decisión política que abortó el proceso de adquisición. La nueva embarcación reeemplazaría a la actual que tiene más de 40 años de antigüedad. Entre sus objetivos estaba la investigación científica de la especie Dosidicus Gigas.

$!Buque chino Fu Yuan Yu Leng 999 fue intervenido con una captura ilegal de tiburones en 2017.

La Armada ecuatoriana, en los últimos años, ha incorporado herramientas tecnológicas para monitorear la flota extranjera. Cuenta con el sistema Dark Vessel Detection, que identifica a las naves a pesar de que el mecanismo satelital AIS esté apagado. Utiliza también otros programas para monitoreo de embarcaciones desarrollado por la propia Armada.

Ecuador abrió las puertas para la extracción del calamar gigante y fijó una cuota de 250 mil toneladas anuales para su exportación. Sin embargo, por ahora, la exportación es ínfima. En aguas internacionales, la flota de este país no tiene capacidad para competir con la flota china.

Según el Instituto Público de Investigación de Acuicultura y Pesca (Ipiap), el Dosidicus gigas es abundante frente a las costas de Perú y Chile, y menor frente a las costas de Ecuador. Por eso, su explotación para aguas ecuatorianas aún se encuentra en desarrollo.

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