En un esfuerzo por combatir los persistentes problemas de mosquitos de manera sostenible, el complejo turístico Soneva Fushi ubicado en la isla de Kunfunadhoo, en las Maldivas, ha llevado a cabo una revolucionaria iniciativa ecológica.
La isla se enfrentaba a un desafío común en la región: poblaciones de mosquitos resistentes a los productos químicos convencionales. El complejo turístico recurrió a la innovadora tecnología de Biogents, utilizando trampas especializadas que no solo resultan efectivas sino también amigables con el medio ambiente.
El objetivo no solo es proteger a sus visitantes y residentes, sino también preservar la biodiversidad local. Hoy, Soneva Fushi se ha convertido en un referente en la lucha contra los mosquitos sin recurrir a productos químicos dañinos.
El sistema implementado en 2019 consistió en dos tipos de trampas Biogents estratégicamente ubicadas en toda la isla. La primera, llamada BG-GAT, se orienta a mosquitos tigre que ya han picado a alguien. La segunda, conocida como BG-Mosquitaire CO2, atrae a los mosquitos en busca de sangre utilizando dióxido de carbono y ácido láctico para imitar la presencia humana.
Durante el primer año de implementación, la población de mosquitos en la isla se redujo drásticamente en más del 98%, según informa el complejo. Además, la aplicación de este método ecológico no ha generado resistencia a largo plazo marcando un hito significativo en la sostenibilidad del control de plagas.
Lo más destacado de esta estrategia va más allá de la eliminación de mosquitos. Al prescindir de productos químicos, Soneva Fushi ha propiciado la recuperación de la biodiversidad local. Mariposas, libélulas, abejorros y escarabajos han vuelto a poblar la isla, contribuyendo a un equilibrio natural que se refleja en la abundancia de flores, frutas y aves.
Este compromiso con la sostenibilidad no es nuevo para Soneva Fushi, fundado en 1995 por Sonu y Eva Shivdasani con una visión pionera en la conservación ambiental. Su legado ha convertido al complejo en un ejemplo de lujo sostenible en la hostelería global.
El lugar ha compartido su enfoque ecológico con el Parlamento de Malé, la capital del país, y ha extendido la implementación del sistema Biogents a otros complejos turísticos en las Maldivas. La visión es clara: aspiran a convertirse en la primera isla completamente libre de mosquitos en la región.
La historia de Soneva Fushi es un testimonio de cómo la sostenibilidad y la innovación pueden converger para crear un entorno armonioso donde la belleza natural y la comodidad humana coexisten en perfecta armonía.