Cada 22 de marzo se celebra el Día Mundial del Agua, pero más que una celebración, es una fecha para concientizar el uso de este recurso y pensar en los que no lo tienen. En Ecuador, por ejemplo, 3 de cada 10 personas no tienen acceso a agua potable. Esta cifra se duplica en las zonas rurales del país donde 5 de cada 10 personas ponen en riesgo su salud por consumir agua contaminada .
Este último, no es un detalle menor porque cerca de 525 mil niños mueren todos los días a causa de enfermedades diarreicas asociadas al agua potable contaminada, saneamiento deficiente o malas prácticas de higiene.
Ese precisamente era uno de los problemas en La Betania, una comunidad del cantón Pucará, en la provincia de Azuay. Para obtener agua, sus habitantes debían caminar más de media hora para abastecerse en cuencas o quebradas cercanas. Muy pocas familias tenían acceso a agua entubada, que funciona similar al sistema de agua potable, solo que este no tiene ningún tratamiento o limpieza en absoluto.
“Cogíamos el agua de la manguera directamente y eso era bastante riesgoso por los bichos. Y hay que ser sinceros, acá en el campo no hervimos el agua, ni la filtramos..entonces había muchas enfermedades. Acá en el cantón tenemos un problema muy grave por eso: la Desnutrición Crónica Infantil”, detalla Carmen Tapia, habitante de la comunidad La Betania .
No es el único caso. Los últimos datos de la Encuesta Nacional de Desnutrición Infantil (ENDI) , muestran que más del 36% de niñas y menores a cinco años consumen agua contaminada con heces fecales en Ecuador .
Tener un agua más accesible e higiénica no solo beneficia a las comunidad, sino que también trae resultados positivos para el Estado: las personas se enferman menos, hay menos gastos médicos y se disminuye el gasto sanitario nacional. Además, hay una mayor productividad.
“Cada dólar invertido en agua y saneamiento proporciona un rendimiento económico de 4 dólares gracias a la reducción de los costes sanitarios, el aumento de la productividad y la disminución de las muertes prematuras”, explican desde la iniciativa Ayuda en Acción.
Esta organización nació en España, pero inició sus operaciones en Ecuador en 1986. Su objetivo es reducir las desigualdades en las poblaciones más vulnerables. Una de sus luchas más representativas es garantizar que el agua se distribuya de forma equitativa y sostenible.
En los últimos cinco años, han rehabilitado y construido más de 120 sistemas de agua potable y crearon la Escuela Nacional del Agua. ¿De qué se trata? Allí capacitan a las Juntas Administradoras de Agua Potable y de Riego para que administren, operen y mantengan los sistemas de agua que esta organización construye en las zonas rurales.
Con la mano de obra de Ayuda en Acción, más de 27 mil familias acceden al agua potable. Dentro de esa estadística está la comunidad La Betania en dónde ya se observa un antes y un después. “Hay un cambio notorio. Antes teníamos el agua sucia y sin tratar. Desde que este programa nos puso agua, ha disminuido el número de personas que se hacen atender en los centros médicos”, indica Carmen.
Actualmente, Ayuda en Acción está implementando una nueva iniciativa denominada “Reto 10k”. El objetivo es garantizar el acceso a agua potable para 10 mil personas en 21 comunidades rurales dentro de Azuay, Carchi, Cotopaxi y Morona Santiago.
Dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible planteados por Naciones Unidas está garantizar la disponibilidad de agua, su gestión sostenible y el saneamiento para todos. Pero a menos que se dupliquen los esfuerzos, miles de millones de personas seguirán sin tener acceso a estos servicios básicos en 2030.
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