La ‘agricultura inteligente’ es una alternativa agro-sustentable que está ganando fuerza en el mundo, debido los beneficios de la misma. Se trata de minimizar los desperdicios y maximizar la productividad, de manera que también se favorezca el cuidado de los recursos naturales del planeta.
Esta modalidad de agricultura busca la eficiencia en las aplicaciones de productos para protección de cultivos, y utilizar solamente el agua que sea necesaria. El country manager de soluciones de la agricultura para Ecuador de BASF, Teófilo Bustingorri, dijo que una de las más grandes ventajas de esta forma de agricultura es la reducción del efecto de esta actividad para el medio ambiente.
“Al hacer las aplicaciones de productos –agroquímicos y fertilizantes- de forma directa y precisa, no habrá residuos de estos que contaminen la tierra y el agua. De esa manera, se disminuyen, por ejemplo, los gases de efecto invernadero, la deforestación y se utiliza mejor el recurso natural”, explicó.
Según la Agencia Europea del Medio ambiente, el proceso de agricultura y ganadería llevan consigo la liberación de grandes cantidades de metano (En los gases y el estiércol de ganado) y óxido nitroso (en los fertilizantes), los cuales son dos gases muy potentes que incrementan el efecto invernadero, que causa el cambio climático. Cifras del Organismo Internacional de Energía Atómica revelan que el 30% de as emisiones de gases de efecto invernadero provienen de las actividades agrícolas.
Pese a que según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), cada año se pierden 24.000 millones de toneladas de suelo fértil, Latinoamérica y el Caribe tienen la mayor cantidad de tierra cultivable en el mundo. Para Bustingorri, esta es una gran responsabilidad, pues de ahí proviene gran parte de los alimentos que alimenta a la población actual del planeta, que ya supera los 7.700 millones de personas y según estimaciones de Naciones Unidas, para 2030 llegará a 8.600
“Es necesario lograr que en las próximas décadas el sistema de producción agrícola sea más eficiente y reduzca su impacto ambiental. Hoy más que nunca debemos seguir trabajando por la búsqueda del equilibrio del agro, pues es la actividad del futuro capaz de garantizar la seguridad alimentaria del país y el mundo”, indicó.
Para ello, la agricultura inteligente se presenta como una solución. La gerente de excelencia comercial y digital de BASF, María Fernanda Nossa, argumentó que es fundamental que se incluya herramientas de la industria 4.0 en la agricultura.
“Por ejemplo, incluir el internet de las cosas (IoT) en la agricultura, donde con la inclusión de sensores y equipos podemos obtener datos que serán procesados (big data) en nubes y plataformas que deberán ser robustas para utilizarlos en beneficio del agricultor”, señaló.
Este 7 de julio se conmemora el Día Internacional de conservación del suelo, para reflexionar sobre todas las prácticas que se llevan a cabo en el mismo y cómo generar menos impacto en el medio ambiente, pero sin sacrificar los beneficios.