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Estilo de vida

¿Es posible ahorrar pese a que se tengan deudas? Expertos explican cómo hacerlo

sábado, 20 agosto 2022 - 15:41
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El 62 por ciento de los ecuatorianos no tiene conducta de ahorro de acuerdo al estudio “Educación y bienestar financiero” realizado por la CAF, Banco de Desarrollo de América, y un 53 por ciento se endeuda para cubrir sus gastos cotidianos, de modo que los intereses de estos préstamos terminan consumiendo los ingresos que podrían destinarse al ahorro.

¿Es posible ahorrar hoy en día? Al consultárselo a Juan Manuel García, decano de Emprendimiento, Negocios y Economía de la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES) responde que sí.

Considera que hay una serie de fondos de inversión que ofrecen las instituciones financieras locales en los que se puede ir depositando pequeñas sumas de dinero cada mes que a la larga se convierten en cantidades considerables.

Sostiene que los latinoamericanos tenemos una tendencia a vivir el día a día, sin tomar en cuenta lo que puede suceder en el futuro, algo que se traslada de padres a hijos. Como ejemplo acude a un dato interesante: solo el 2,5 por ciento de los menores de 18 años en el Ecuador tiene una cuenta de ahorros.

“Esto implica que el 97,5 por ciento de los padres ecuatorianos no fomenta el hábito del ahorro en sus hijos”, dice el catedrático. “Ahorrar 30 dólares mensuales puede generar en 18 años, entre 30 a 40 mil dólares en cualquiera de los fondos disponibles en el país”.

Agrega que una tarea importante es aprender a analizar cada uno de los gastos en los que se incurre. Cita como ejemplo, las suscripciones a televisión pagada por cientos de canales que no se ven con frecuencia y escoger otras opciones más económicas, legales, de acceder a servicios similares, lo mismo sucede con los cargos por uso de planes de telefonía celular ilimitados, cuando en realidad gran parte del consumo se hace empleando wifi.

“Ahorre lo que gasta en planes de televisión pagada, bájese al plan más económico para el celular y emplee WhatsApp con redes gratuitas disponibles para comunicarse. Esos montos que deja de gastar puede ahorrarlos mensualmente”, dice el doctor García.

Otro tema clave que aborda es al adquirir vehículos. “Al comprar un carro nuevo, se pierde el monto del IVA y el 10 por ciento del valor en el momento en que se saca el vehículo del concesionario”. Sugiere adquirir carros usados en buen estado y no caer en la tentación de cambiarlo cada cinco años sino cuando tenga al menos 150.000 kilómetros de recorrido.

Algo similar sugiere con el dispositivo móvil. No hay que cambiarlo solo porque salió un modelo nuevo sino cuando en realidad se requiera uno nuevo. Recomienda analizar si en realidad se necesita, por motivos profesionales, toda la capacidad de memoria que se promociona en los nuevos modelos o si se puede recurrir a almacenamiento gratuito en la nube.

Menciona que es importante cambiar la forma de pensar sobre el ahorro y no temer a que otros sepan que cuidamos el dinero, dejar la búsqueda del estatus. Esto se puede implementar desde el área de la diversión (aplicaciones para lugares de comida que ofrezcan promociones), hasta la manera de seleccionar las vacaciones (en destinos y alojamiento) y al adquirir productos alimenticios en oferta en el supermercado y comprar los perecibles en pequeñas cantidades para evitar el desperdicio.

De acuerdo a su experiencia, el primer paso es anotar en un papel (no en un dispositivo), los ingresos y todo lo que signifique un egreso, aunque sea comprarse un dulce. Quienes empiezan a aplicar estas guías reconocen que poco a poco se va volviendo no solo más fáciles de seguir, sino un hábito agradable al ver los resultados a mediano y largo plazo.

Nuevas perspectivas

Pamela Cordero tiene 26 años. Es abogada y emprendedora. Buscó asesoría financiera para determinar si le resultaba más conveniente: concentrarse en pagar las deudas que había contraído o invertir en un seguro de vida con un plan de ahorro, una alternativa que han tomado muchos de sus amigos.

La recomendación fue enfocarse en salir de la deuda lo más pronto posible y no tomar el seguro de vida porque al momento no tiene ninguna persona que dependa económicamente de ella.

“El asesor me mostró con porcentajes que más efectivo me resultaría aprender a invertir por mi cuenta, porque así podría tener mayores ganancias, por otra parte, realizó un cálculo de cómo podría incrementar las cuotas que aportaba para mi deuda y estructuramos un plan a través del cual, lo que me habría tomado 12 años, la terminaría pagando en tres”, concluye.

Agrega que entender cómo funcionan estos procesos hace que la persona se concentre en cómo puede producir más para pagar más rápido.

“Uno termina explotando más habilidades, es lo que me ha pasado. Por encontrar más métodos para deshacerme de la deuda he empezado a ofrecer nuevos servicios. Tengo mi trabajo en horario de oficina, luego trabajo de manera remota para una compañía extranjera y en mis tiempos libres realizo contenido para redes sociales y diseño bisutería”.

Pamela sostiene que, paradójicamente, ahora tiene su agenda tan organizada que encuentra que su vida social está en su mejor momento porque prioriza los planes en los que quiere participar.

Gastar lo que sobra

Juan Suárez fue quien asesoró financieramente a Pamela. Él sostiene que muchas personas creen que endeudarse es la única manera de obtener lo que quieren. Considera que el principal problema es la falta de planificación adecuada y la búsqueda de retorno inmediato de la inversión.

“Cuando no ven resultados inmediatos, se frustran y dejan todo. Hay que cambiar la mentalidad. Crear un plan, crear objetivos, actuar en base a esos objetivos y confiar en lo que estamos haciendo porque las cosas no se consiguen de la noche a la mañana”, recalca.

Añade que la sociedad actual busca en todo la gratificación instantánea y la deuda permite eso. Las tarjetas de crédito lo permiten. Pero advierte que hay que pensar en la forma en que esa deuda va a afectar el futuro a mediano y largo plazo.

“Lo más importante en las finanzas personales es tener un presupuesto. Es la única herramienta que nos va a decir con exactitud dónde va a parar nuestro dinero, con esa información se puede decidir dónde van a realizar los pequeños sacrificios, por así decirlo”, explica.

Uno de los problemas con respecto al ahorro, señala, es que intentamos ahorrar con lo que nos sobra del mes, en vez de “pagarnos” (ahorro), al inicio del mes y gastar lo que sobra.

En la misma línea señala que cuando una persona siente que las deudas se han vuelto incontrolables y una vez que se ha establecido un presupuesto, hay que determinar cuáles son los recortes de gastos o sacrificios que se van a realizar para pagar montos adicionales a las cuotas o pagos mínimos establecidos. En estos casos, sugiere enfocarse en primer lugar en pagar las deudas por completo, lo antes posible, antes de empezar a ahorrar.

En los casos de personas que tienen varias deudas: por compra de vehículo, diferido de tarjetas de crédito, quirografarios, recomienda el método de la bola de nieve. Consiste en hacer una lista con las deudas de menor a mayor cantidad, sin importar la tasa de interés que tenga cada deuda, abonar el mínimo en todas y esforzarse en pagar adicionales para terminar de cancelar toda la deuda que tenga el monto menor.

Reconoce que este tema tiene sus detractores pero de acuerdo a su experiencia, permite ir saliendo de una deuda a la vez, con lo cual se logra ver resultados a corto plazo, aunque sean pequeños, mantener la motivación y ver la luz al final del túnel. Psicológicamente este sistema ayuda a conseguir los objetivos propuestos, porque va reduciéndose el número de frentes.

“Requiere sacrificios sí, pero a la larga permite tener el control absoluto de nuestro dinero, que es el objetivo que se busca. Es importante aprender a vivir de acuerdo a nuestras posibilidades o por debajo de nuestras posibilidades, esto no significa que no nos vamos a superar. Pero cuando queremos cambiar de celular cada año, por ejemplo, y para hacerlo nos endeudamos, estamos viviendo más allá de nuestras posibilidades y es ahí donde empiezan los problemas que terminan explotando”, señala.

Con planificación se puede adquirir ese celular sin deuda, pero va a tomar tiempo y ahí vuelve a entrar en escena la necesidad de gratificación inmediata, que a la larga no va a compensar los años de estrés que provocan las deudas.

En el caso de la compra de vivienda, el asesor recomienda realizarla cuando se tenga ahorrado al menos el 30 por ciento del monto total y que las cuotas mensuales no superen el 25 o 30 por ciento de los ingresos totales de la persona.

En este caso también aplica la importancia de pagar montos adicionales a las cuotas mínimas que abonan al capital, “por ejemplo, si se pagan 100 dólares adicionales a cada cuota, en una hipoteca de 15 años, se pueden ahorrar hasta cinco años de cuotas y alrededor de 30.000 dólares de la deuda”.

Gastos hormiga

El tema que cambió la forma de pensar de Estefanía García, de 26 años, sobre sus finanzas fue que al registrar todos sus gastos descubrió las grandes sumas de dinero que gastaba en acciones cotidianas.

“Como simplemente ponía la gasolina y pagaba con la tarjeta de crédito, no me daba cuenta. Yo pensaba que gastaba alrededor de 50 dólares a la semana, cuando empecé a registrar cada vez que hacía un consumo en la gasolinera me di cuenta que a veces la suma llegaba entre 80 a 100 dólares”, asegura Estefanía, quien cuenta con ingresos fijos y un emprendimiento.

Con la asesoría pudo entender dónde estaba yendo su dinero y tomar las riendas de sus finanzas. “Ahora mi presupuesto está planificado por porcentajes, de modo que al final del mes sé donde está, en qué gasto y en qué invierto. Todo ha ocurrido en siete meses aproximadamente”.

Aclara que no se trata solo de escuchar las recomendaciones en materia de finanzas personales, sino de aplicarlas, lo cual a veces puede ser duro.

Estrés y desorden mental

Carlos Luis Andrade, fundador de la Escuela de Coaching Trainers, sostiene que el estrés es una manifestación física de un desorden. El desorden en el manejo del dinero causa desorden financiero, que a su vez causa desorden mental.

“Lo que hago es ayudar a las personas a ordenar su mente. Si el desorden viene por motivos financieros, en primer lugar hay que saber específicamente todo lo que debe, todo lo que le ingresa, todo lo que puede hacer para generar ingresos, todo lo que tiene que dejar de hacer para gastar en exceso. Cuando uno tiene en orden su mente, ésta funciona mejor automáticamente, entra en un estado de relax y puedes construir una estrategia para cumplir el objetivo de salir de deudas”, explica.

El primer paso es dónde estamos y el segundo dónde queremos ir. Cuando la mente empieza a pensar en el futuro y en los objetivos, aparece la esperanza y el estado anímico de la persona se transforma. “Y ese estado anímico favorable hace que encuentre la solución a sus problemas”, concluye.

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