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Ciencia

Premio Nobel de Medicina lanza teoría conspirativa sobre el COVID-19 y su origen

lunes, 27 abril 2020 - 04:21
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El virólogo francés, Luc Montagnier, ganador del premio Nobel por su trabajo sobre el VIH, aseguró durante una entrevista televisada que el virus SARS-CoV-2 que ocasiona el COVID-19, fue creado en un laboratorio insertando en un coronavirus genes del VIH-1, el virus del sida.

El controversial científico dijo al canal francés Cnews que con su equipo llegó a la conclusión “de que este virus fue creado” por posibles biólogos moleculares que insertaron secuencias de ADN del VIH en un coronavirus como parte de su trabajo para encontrar una vacuna contra el sida.

“Ha habido una manipulación del virus: al menos una parte, no la totalidad. Hay un modelo, que es el virus clásico, que proviene principalmente de los murciélagos, pero al que se han agregado secuencias de VIH”, aseguró el Premio Nobel de Medicina 2008.

Montagnier sostiene que el virus no es natural, sino el resultado de un trabajo muy meticuloso. Lo dice basado en un estudio de un grupo de investigadores del Instituto Indio de Tecnología de Nueva Delhi, quienes hallaron “un parecido extraño” y con “pocas posibilidades de ser fortuito” en las secuencias de aminoácidos de una proteína de SARS-CoV-2 y el de VIH-1. Sin embardo, después de publicado este estudio, sus autores lo retiraron.
 

Lea también: El laboratorio de Wuhan de donde se cree que salió el coronavirus

El francés también señala que las partes del virus en las que se insertó el VIH están mutando rápidamente, lo que provocaría su autodestrucción: “Uno puede hacer cualquier cosa con la naturaleza, pero si usted hace una construcción artificial, es poco probable que sobreviva, la naturaleza ama las cosas armoniosas, lo que es ajeno, como un virus que llega de otro virus por ejemplo, no es bien tolerado”, dijo.

Pero hay en Francia quienes desdeñan su teoría. El inmunólogo y jefe del Consejo Científico que asesora al Gobierno francés durante la pandemia, Jean-Francois Delfraissy, dijo al medio BFM TV que la hipótesis de Montagnier suena a “una visión sobre una conspiración que no se relaciona con la ciencia real”.

“Todos en la comunidad científica están de acuerdo en que la COVID-19 es un coronavirus. De vez en cuando hay coronavirus diferentes de los demás, al igual que el SARS y el MERS con una patogenicidad que ha aparecido”, dijo Delfraissy.
    
Las aseveraciones del Nobel de Medicina, fueron rechazadas además por el jefe del Departamento de Virus y Inmunidad del Instituto Pasteur de Francia, Olivier Schwartz: “El profesor Montagnier difunde teorías caprichosas”, dijo al semanario francés L’Obs. “El SARS-CoV-2, el virus que causa la enfermedad COVID-19, no fue creado en el laboratorio. Esto lo vemos al estudiar el patrimonio genético del virus, que ha sido secuenciado por equipos chinos y luego verificado en muchos otros laboratorios, incluido el Instituto Pasteur, que fue el primero en Europa en hacerlo”, agregó.

La teoría de que el virus proviene de un laboratorio, también ha sido ampliamente descartada por la Organización Mundial de la Salud. "Toda la evidencia que tenemos sugiere que el virus tuvo un origen animal y no sufrió manipulaciones genéticas", aclaró el martes pasado la portavoz de la organización, Fadela Chaib.

"Muchos investigadores han podido analizar las características genéticas del virus y no han encontrado indicaciones que apoyen la idea de que el virus se haya construido en un laboratorio", declaró.

Por su lado, el virólogo australiano Edward Holmes, quien ha escrutado el genoma del nuevo coronavirus, asegura que “no hay ninguna prueba de que el SARS-CoV-2 se originase en un laboratorio de Wuhan”, lo dijo en un comunicado lanzado el jueves 16 de abril.

El 17 de marzo, el equipo de Holmes, profesor de la Universidad de Sídney, publicó un estudio genético del virus en la revista Nature Medicine que “claramente muestra que el SARS-CoV-2 no es un constructo de laboratorio ni un virus manipulado a propósito”. Las técnicas de modificación genética de los virus dejan huellas. Y en el nuevo coronavirus no se detectan estas pisadas de científicos.

Las primeras insinuaciones de que el SARS-CoV-2 salió del laboratorio del Instituto de Virología de la ciudad china de Wuhan, donde se registró el primer brote del coronavirus, han provenido del Gobierno estadounidense, que ha anunciado una investigación sobre cómo el virus se diseminó al resto del mundo.
Esta información ha sido replicada por numerosos medios de prensa y en redes sociales.

"Debemos concentrarnos en hechos y no en el miedo (...). Parte de las falsedades que aparecen en los medios y en plataformas sociales tienen que ver con teorías espurias", insistió la vocera de la OMS.

 
 

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