Ciencia

El calor capaz de matarnos no llegará a finales de siglo: ya está aquí

martes, 12 mayo 2020 - 04:30
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El cambio climático, ya ha calentado algunas zonas del planeta por encima de lo que el cuerpo humano es capaz de soportar, convirtiéndolas en mortales para nuestra especie. Y la extensión de esas áreas inhabitables por el hombre no hace más que crecer.
 
El estudio acaba de publicarse en Science Advances por un equipo de investigadores de Estados Unidos y Gran Bretaña. Han analizado y comparado datos de 4.576 estaciones meteorológicas de todo el mundo, y ha descubierto que la frecuencia de temperturas húmedas (o de bulbo húmedo) superiores a entre 27 y 35 grados se ha duplicado desde 1979.La temperatura de bulbo húmedo es una medida de calor y humedad, que se toma con un termómetro cubierto por un paño empapado en agua. Una temperatura húmeda de 35 grados es el límite que un cuerpo humano es capaz de soportar. 
 
Cuando la temperatura aumenta, las gotas de sudor exudan de nuestros poros y se evaporan, liberando así energía que enfría la piel y evita que nuestros cuerpos se sobrecalienten. Sin embargo, cuando la temperatura húmeda es mayor a los 35 grados, el cuerpo ya no es capaz de enfriarse. Estos niveles de calor pueden resultar mortales. Como sucedió en Europa en 2003, una ola de calor que mató a miles de personas a pesar de que la temperatura húmeda no pasó de los 28 grados.
 
Las zonas que indican aumentos de frecuencia se produjeron en el Golfo Pérsico, India, Pakistán y el suroeste de América del Norte.  “Cruzar estos umbrales implica un gran riesgo para la salud humana” explica Tom Matthews, uno de los participantes en el estudio.
 
El análisis global de los datos muestra, en efecto, que ese límite de supervivencia humana se ha superado ya, aunque en episodios breves, por lo menos una docena de veces durtante las últimas cuatro décadas. Matthews advierte que esto es solo el principio. El calor extremo afectará muy rápidamente a más partes de Pakistán e India, donde millones de personan no tendrían la capacidad de adaptarse. 
 
Por otro lado, para Colin Raymond, del Jet Propulsion Laboratory de la NASA, el hecho de que las temperaturas ya hayan alcanzado ese límite fisiológico en algunos lugres de la Tierra ‘es un conocimiento esencial para nosotros como especie’.
 
Según los investigadores, si las emisiones de carbono no se reducen drásticamente y de forma inmediata, estos casos extremos y relativamente raros serán cada vez más comunes, y se extenderán a zonas cada vez mayores del planeta. Se trata de condiciones que serían insoportables para las personas sin tecnologías como el aire acondicionado, y hacen que cualquier actividad o trabajo al aire libre sea prácticamente imposible.

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