La nube híbrida es una solución que incorpora varias plataformas de nube (privadas y públicas) para proporcionar a las empresas mayor flexibilidad para transportar cargas de trabajo y proteger datos confidenciales, a la vez que añade más recursos informáticos, ancho de banda de red o almacenamiento para afrontar picos temporales en la demanda.
El concepto de nube híbrida va ganando popularidad entre las organizaciones de todos los tamaños y sectores. ¿Qué la hace tan popular? La respuesta está en su combinación y coordinación para mover fácilmente datos y aplicaciones a la plataforma que más convenga para el negocio en cada momento.
Gabriel del Campo, vicepresidente regional de servicios de Data Center, Cloud & Seguridad de Lumen, LATAM, explica que ésta ofrece el ahorro de costos y la capacidad de escalabilidad bajo demanda sin límites de múltiples nubes públicas con las habilidades de recuperación ante desastres, la redundancia total y el compliance de las nubes privadas.
“Una característica esencial de las nubes privadas es el de la menor latencia: al alojar aplicaciones en un centro de datos o en nodos de borde, se obtiene un mejor tiempo de respuesta, se consume menos ancho de banda -tanto nacional como internacional- y se alcanza una mejor soberanía de los datos, asegura”.
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Este modelo aporta numerosos beneficios adicionales. Por ejemplo, permite minimizar los gastos de capital, algo no menor en una época en que muchas empresas enfrentan presupuestos de IT cada vez más ajustados en combinación con un incremento en la demanda de servicios digitales. La nube híbrida permite incorporar capacidad de computación, procesamiento y almacenamiento para dar soporte a estos nuevos servicios sin invertir en un costoso equipamiento para el centro de datos interno.
Esto elimina también la necesidad de ampliar la infraestructura en momentos de actividad estacional excesiva, como pueden ser las ventas navideñas o un Hot Sale de comercio electrónico: simplemente se contrata capacidad para esas fechas y se vuelve al estado original al final del periodo.
Por otra parte, permite mantener el control de las cargas de trabajo sensibles, como los registros de clientes que contienen tarjetas de crédito o la información financiera, alojándola en su nube privada local, mientras se utiliza un proveedor de nube pública para recursos menos críticos.
Otra ventaja clave es que acelera el despliegue de nuevos productos y servicios. Esta velocidad de entrega es fundamental para ganar velocidad en términos de time-to-market.
En tiempos en que los datos son centrales para la operación del negocio, la nube híbrida garantiza que la empresa esté protegida contra una falla en un sitio físico (ya sea propio o de un proveedor cloud). Las múltiples copias de seguridad en diferentes locaciones protegen la información incluso contra ataques masivos, errores humanos o desastres naturales.
Desde el punto de vista de la experiencia del usuario, todo resulta transparente: no importa en qué nube esté alojada cada aplicación ni el dispositivo que utilice para accederla, en todo caso contará con el ancho de banda adecuado para completar su tarea con el máximo desempeño.