Las guerras, el cambio climático, la pobreza y las desigualdades, al igual que otros desafíos, continúan amenazando el cumplimiento mundial de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, la cual fue adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2015.
De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), la Agenda establece una visión transformadora hacia la sostenibilidad económica, social y ambiental de los 193 Estados miembros de las Naciones Unidas que la suscribieron.
La misma es la guía de referencia para el trabajo de la comunidad internacional hasta el 2030, por medio de 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que incluyen un conjunto de 169 metas específicas para transformar a la humanidad.
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Ecuador ratificó su compromiso con los ODS y declaró a la Agenda 2030 como política pública del Gobierno Nacional. Por su parte, las universidades, debido a su labor de generación y difusión del conocimiento y su importancia dentro de la sociedad, están llamadas a desempeñar un papel fundamental en el logro de los ODS.
De ellos, el ODS 4 Educación es el propósito más explícito con el que las Instituciones de Educación Superior (IES) pueden identificarse, pues una educación de calidad promueve mejores resultados de desarrollo para las personas, comunidades y países, incluyendo un acceso destacado al campo laboral, una buena nutrición, salud, ampliación de la equidad de género, mayor resiliencia frente a los desastres y, ciudadanos más comprometidos.
Sin embargo, existen otras funciones que de manera progresiva pueden ser incluidas dentro de la labor de las universidades.
De acuerdo con la Asociación Internacional de Universidades, la Agenda 2030 menciona diversas competencias de las IES con 9 objetivos: ODS 2, 3, 4, 7, 8, 9, 13, 14 y 17.
Por otra parte, el informe de la asociación asevera que el compromiso de las instituciones con estos objetivos también beneficiará en gran medida a las universidades, pues ayudará a demostrar su capacidad de impacto, atraerá el interés de formación relacionada con los ODS, creará alianzas, permitirá acceder a nuevas fuentes de financiación y la definirá como una institución comprometida.
El manual internacional ‘Cómo empezar con los ODS en Universidades, Centros de Educación Superior y el Sector Académico’ también destaca algunas de las principales áreas de contribución, como en la investigación, gobernanza institucional, políticas de gestión y extensión universitaria y un liderazgo social.
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Al analizar los avances que ha tenido la Educación Superior en esta área, la Unesco en uno de sus informes de monitoreo regional ODS4-Educación 2030, publicado en el 2023, reconoce el trabajo que ha realizado el país, a través de una serie de políticas que han buscado generar transformaciones en la formación y carrera profesional docente, así como su compromiso por implementar iniciativas que buscan mejorar el acceso de poblaciones rurales, poblaciones indígenas, personas con diversidad funcional y población migrante.
Asimismo, el estudio incluye varios desafíos por enfrentar, especialmente luego de la pandemia.
Uno de ellos es el replanteamiento de la visión y organización para potenciar ofertas educativas diversas que sean atractivas y relevantes para distintos sectores de la población, sin dejar de lado el incremento del financiamiento educativo y una mejor asignación de los recursos para lograr niveles más altos de eficiencia y equidad.