La movilidad eléctrica es uno de los mecanismos que está implementando el sector de la transportación a nivel mundial para reducir su impacto en el medio ambiente, cuyo factor principal es la emisión de CO2.
En ese sentido, la electrificación de las terminales portuarias es necesaria en la transición ecológica, sumada a la reducción de emisiones, la descarbonización del transporte y la mejora de la calidad del aire.
Un ejemplo de esta tendencia en nuestro país es el Terminal Portuario de Guayaquil que implementó una flota de camiones cien por ciento eléctricos.
Según el puerto, este sistema de transporte interno está enfocado a la reducción de emisiones procedentes de combustibles fósiles y busca favorecer la potenciación de la eficiencia energética del puerto en el presente año.
En los 10 primeros años de operación, la flota de estos camiones evitará el consumo de 1,8 millones de galones de combustible y la emisión de 77.410 toneladas de CO2, equivalentes a la conservación de 2,8 millones de árboles.
Junto a las empresas BYD y Transcarsell se logró el desarrollo de este proyecto de conservación medioambiental, que en su primera fase recibió a 5 de las 20 unidades que operarán en la terminal.
Los camiones cuentan con un sistema de potencia electrohidráulico que facilita la dirección y una capacidad de arrastre de 31,5 toneladas. Además, poseen baterías de litio-hierro-fosfato que tienen 15 años de vida útil y 150 kilómetros de autonomía.
Según TPG, dispondrá en sus instalaciones de un centro de recarga para esta flota. El objetivo general es sumar esfuerzos encaminados hacia una movilidad sostenible.