Fomentar el consumo de chocolate ecuatoriano, tanto en el mercado internacional como local, es uno de los principales retos que enfrentan las empresas dedicadas a la elaboración de este producto.
Datos de la Asociación Nacional de Exportadores de Cacao (Anecacao), revelan que entre los productos que fueron enviados al exterior, el rubro de chocolate y productos similares ocupó el quinto lugar con 2.152 toneladas. Mientras en el ámbito local se estima que el consumo per cápita bordea los 800 gramos al año, una cifra menor a la de países como Suiza donde el indicador es superior a 10 kilogramos o de Chile que alcanza los 2,1 kilogramos.
En Ecuador, según datos de la Superintendencia de Compañías, Valores y Seguros, hasta el 2022, existían 31 empresas dedicadas a la elaboración de chocolate y derivados. El 81 por ciento estaban situadas en las provincias de Pichincha y Guayas.
Una marca que ha sido reconocida internacionalmente por su calidad es Paccari. Recientemente, obtuvo ocho premios en el International Chocolate Awards.
Su gerente general, Santiago Peralta, afirma que la originalidad de sus productos y el estar hechos con el mejor cacao fino de aroma les ha permitido posicionarse en el escenario internacional. Hoy su oferta llega a 40 países, entre ellos, México, Chile, España, Estados Unidos, Alemania, Portugal, Japón y Paraguay.
Paccari se ha caracterizado por ofrecer un amplio portafolio de chocolates, para desarrollarlos la marca recorre diversos sitios de Latinoamérica, donde identifica los sabores originales de cada región, ese es el caso del cedrón, la hierbaluisa, el mortiño, la rica rica, guayusa, la sal del Cuzco, entre otros.
“Lo que hemos hecho es rescatar sus sabores y combinarlos con el cacao para darle identidad a cada una de nuestras barras”, detalla Peralta.
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Entre las barras de chocolate de mayor demanda están las de sabor a uvilla, de sal del Cuzco y la de maracuyá Raw 70 por ciento; también se destacan el cereal crocante orgánico, la premezcla para brownie orgánico, entre otros.
Como una forma de promover el consumo interno y acercarse más al cliente, la marca desarrolló sus primeras tiendas, siete están en Quito y dos en Cuenca. A más de una variedad de platillos tradicionales y postres, en ellas se oferta toda la gama de sus chocolates.
Otra marca con presencia en el mercado local es Nestlé. Cada año la compañía adquiere más de 30.000 toneladas de cacao ecuatoriano y las exporta en grano o en semielaborados a Suiza, España, Italia, México, Australia, Estados Unidos, Colombia, Perú y Chile, donde se usan en la fabricación de chocolates y otros productos.
“Se utiliza en la fabricación de manteca de cacao, licor de cacao y productos emblemáticos como los bombones surtidos, Galak, Tango, Crunch y la Tableta Familiar Nestlé, así como la bebida Ricacao”, comenta Manuel Gutiérrez, director del Negocio de Cacao de Nestlé Ecuador.
Para el vocero si bien la tendencia de consumo es positiva, aún existe un camino importante por recorrer para ampliar el mercado local. A su criterio, hay que desarrollar productos accesibles con precios y disponibilidad adecuada, sumado a la innovación de variedades y nuevas tecnologías.
Teniendo esto como premisa, Nestlé desarrolló nuevos productos de chocolate como Tango Leche y Tango Manicero en presentaciones de 25 y 50 centavos y en tableta de 90 gramos.
Producción ancestral de chocolate
Con el eslogan de que cada chocolate contiene una historia que merece ser narrada. Kallari ofrece barras saborizadas con maní amazónico conocido como Sacha Inchi, cuya línea ofrece alrededor de 14 recetas distintas, además de barras de chocolate negro al 70,75 y 85 por ciento.
Los productos son elaborados por la Asociación Kallari, ubicada en Tena, provincia de Napo. La organización ha alcanzado su desarrollo con el comercio de productos sostenibles y orgánicos, entre los que se destaca el chocolate con base de cacao fino de aroma, cosechado bajo el sistema ancestral chakra, un modelo en el que participan 1.300 familias de agricultores.
“En este espacio conviven en armonía el cacao, la guayusa, la vainilla y otros productos. Ayuda a la diversificación de los ingresos de las familias y a la sostenibilidad ambiental ya que conviven varias especies dentro de este entorno”, manifiesta Bladimir Dahua, administrador de la asociación.
La investigación y la innovación son fundamentales para prevalecer en el mercado, indica Dahua; así nació la línea Mishky, una mezcla de chocolate y leche de almendra, pensada específicamente para el paladar dulce de los ecuatorianos.
A futuro Kallari prevé lanzar productos con identidad de la chakra, por ejemplo, barras de chocolate que tengan maní con denominación de origen o como ingredientes adicionales productos de la bioeconomía.
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