El seleccionador de Croacia Zlatko Dalic lo tiene claro: dispone del "mejor centro del campo del mundo" para enfrentarse a Argentina el martes en semifinales del Mundial-2022.
El juego croata pasa por la estrella Luka Modric, bien escoltado por sus lugartenientes Mateo Kovacic y Marcelo Brozovic.
Del rendimiento de ese "triángulo mágico" dependerán gran parte de las opciones del combinado europeo de frenar a Leo Messi, estima Dalic: "Ante él, defender uno contra uno no es una buena idea".
"Habrá que cerrar espacios, cortar las transiciones, impedirle que reciba el balón".
POSICIONAMIENTO Y COMPLEMENTARIEDAD
Como en el Inter de Milán, Brozovic actúa justo por delante de la zaga, lo que no le impide llegar a la zona de ataque, como fue el caso en su disparo contra Brasil en la prórroga que bien pudo haber adelantado la clasificación de Croacia.
Modric se sitúa más a la derecha, pero con gran libertad de movimientos. Y no duda en bajar a participar del trabajo defensivo.
A la izquierda y con un perfil menos ofensivo, Kovacic no duda en cubrir a su capitán. Como a Brozovic, le gusta sumarse al ataque y crear superioridad numérica.
Sin embargo, los tres se conocen a la perfección, los tres formaron parte de la epopeya de la Cuadriculada en 2018.
Los tres pasaron por la cantera del Dinamo de Zagreb. "Cuando Brozovic, Modric y Kovacic están ahí, nosotros controlamos el 90% del juego", afirma el lateral Josip Juranovic.
DUEÑOS DEL BALÓN
Pocos equipos están en condiciones de no verse dominados en la posesión del balón si el rival es Brasil.
Croatas y brasileños se repartieron al 50% la posesión.
"Logramos quitarles el balón, nunca nos precipitamos. No creamos muchas ocasiones pero hicimos lo que había que hacer", "nuestro centro del campo durmió al rival", explica Dalic.
Con su capacidad para cambiar el ritmo, para alternar el juego en corto y en largo, Brozovic marca los tempos.
Tras pasar el balón por Modric, el empate contra Brasil llegó de una brusca aceleración que sorprendió a la desorganizada defensa de Tite.
CALIDAD TÉCNICA
"Pasarles el balón es más seguro que meter su dinero en el banco", bromea Juranovic.
Los croatas no suelen rifar el esférico, ni siquiera bajo presión, ni en espacios poco aptos para claustrofóbicos. Pero salir airoso de esas situaciones requiere de una calidad técnica fuera de lo común.
Con el balón en el pie (ya sea el izquierdo o el derecho), Modric, Balón de Oro en 2018, sabe hacer cualquier cosa.
"Nunca pierde un balón", proclamaba recientemente su entrenador en el Real Madrid Carlo Ancelotti. Y por si fuese poco, también los recupera.
En cuanto a Kovacic, mejor jugador de la temporada en el Chelsea en 2019-2020, también comenzó como organizador en el Dinamo. Excelente regateador, fue comparado con la leyenda Robert Prosinecki.
IMPACTO FÍSICO
Contra Brasil, Modric jugó 120 minutos, con un despliegue físico impresionante.
"Es increíble ese nivel con 37 años", sentencia Zlatko Dalic. "Es impecable en el entrenamiento, también se entrena solo, su vida es el fútbol".
El trabajo de Kovacic y Brozovic, organizadores reinventados como todocampistas o 'box to box', es también remarcable.
Antes del partido contra Brasil, Kovacic explicaba la voluntad de los croatas de "mostrar (su) calidad técnica, pero también (sus) cualidades físicas en cada duelo, en cada fase de posesión".
FUERZA MENTAL
Cuando Brasil abrió el marcador en cuartos, pocos creían en el pase de los croatas. Once de los que sí creyeron estaban sobre el césped, y otros en el banquillo.
"Demostramos una vez más que no nos rendimos nunca", resumió Modric.
Ese tridente en la medular croata está acostumbrado al más alto nivel.
Modric atesora cinco Ligas de Campeones, sólo una más que Kovacic. En cuando a Brozovic es un fijo en el Calcio desde hace siete años.