Vistazo accedió a documentos que revelan cómo la entidad que dirige la seguridad social se convirtió en un espacio clientelar, con un manejo discrecional de cargos y puestos, en la década comprendida entre 2008 y 2018.
Un viaje al Fondo de Salud del IESS reveló que sus días están contados. Que su enfermedad catastrófica amenaza la vida de cerca de nueve millones de ecuatorianos con derecho a sus prestaciones. El oxígeno inmediato debe venir del Estado, que acumula deudas de 5.000 millones de dólares.