La cuestión de Taiwán es "la primera línea roja que no debe cruzarse" en las relaciones entre Pekín y Washington, advirtió Xi según un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores.
"No queremos una nueva Guerra Fría o un mundo dividido en bloques rígidos", dijo el presidente de Estados Unidos durante su intervención en la Asamblea General de ONU.