Ser un consumidor responsable es tomar decisiones bien razonadas sobre lo que compramos y apoyamos. Significa consumir menos, elegir opciones más sostenibles, generar menos desperdicios y gestionar adecuadamente los desechos generados.
El sector privado tiene un rol protagónico, impulsando alianzas, uniendo voluntades, intercambiando conocimientos, capacidad técnica, tecnología y recursos financieros para cumplir la Agenda 2030 propuesta por la ONU.