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Perchas tricolor

viernes, 18 diciembre 2015 - 09:47
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El número de productos nacionales en los estantes de los supermercados ha aumentado, entre otras cosas, por las salvaguardias a las importaciones. El reto es ser competitivos cuando esas medidas desaparezcan.

Desde la aplicación de las salvaguardias en marzo pasado, la factura de Carlos Aspiazu en el supermercado cambió. Él, empleado bancario de 29 años y con una familia de tres integrantes, tuvo que ser más eficiente en su presupuesto mensual y sustituir productos importados por nacionales por el factor precio. “Algunos incluso no los encuentro con facilidad”, asegura. Más del 95 por ciento de los 300 dólares que gasta son invertidos en artículos ecuatorianos.

Entre enero y agosto de este año, la importación de productos de consumo masivo de 12 partidas arancelarias decreció, en promedio, un 17 por ciento frente al 2014. Algunos con impactos más intensos como en el rubro de preparación de carne, pescado, crustáceos, moluscos y el resto de invertebrados acuáticos, que fue del 53 por ciento, según cifras del Banco Central del Ecuador (BCE).

Este escenario, en teoría, abrió espacio a los productores nacionales para reemplazar artículos importados. Y esa necesidad también motivó a los directivos de los supermercados del país a desarrollar estrategias de ayuda, en conjunto con los productores, para mantener su oferta.

Por ejemplo, apenas el cuatro por ciento de los productos adquiridos por Corporación Favorita (dueña de las marcas Megamaxi, Supermaxi, Akí, Súper Akí y Gran Akí) vienen directamente del exterior. El otro porcentaje pertenece a proveedores locales.


Corporación Favorita incorporó, en 2014, a 455 nuevos
proveedores nacionales de alimentos, abastos y otras
categorías a las perchas de sus supermercados.

Almacenes TÍA, por otro lado, compró en 2014 cerca de 416 millones de dólares a proveedores locales, que es el 92 por ciento de su compras totales. De ésta se estima que más del 70 por ciento es en producción nacional, según su Memoria de Sostenibilidad.

Leonardo Pesantes, director Corporativo de TÍA, indica que el escenario normativo afectó la oferta y variedad de los productos. Bajo ese contexto, considera que la industria nacional se ha esforzado en abastecer a los supermercados, aunque es necesario acompañar al productor en ese proceso. “No solo hay que comprar la mercadería (...). Hay que apoyarlos en diversos aspectos que les permitan regularizar su operación”.

Con la Fundación Maquita Cushunchic y su división de productos, alcanzaron esa sinergia. Esta empresa tiene 10 productos en las perchas de TÍA, entre esos quinua, arroz de cebada, fréjol y lenteja. “Este año crecimos un 23 por ciento en ventas”, asegura Mauricio Valencia, subgerente de esa división.

Él dice que este rendimiento se ha dado por el análisis de la competencia, y la generación de actividades de mercadeo con sus productos. “Todo esto atado a una relación de largo plazo con el socio comercial”, puntualiza.

En diciembre, Maquita ingresaría en la cadena de supermercados Mega Santa María, mientras en Corporación Favorita tomará más tiempo. “Es un canal que implica un diseño de propuesta comercial más minucioso, por su magnitud”, afirma Valencia.

MÁS ALLÁ DE VENDER

Aunque comercializar un producto es uno de los objetivos de todo negocio, posicionarlo a largo plazo resulta esencial. Y esto no depende solo del precio y de la calidad; la innovación, ya sea en la presentación o en su industrialización, resulta igual de clave.

Pocos días después de asumir como ministro de Industrias y Productividad (MIPRO), en entrevista con Vistazo, Eduardo Egas reconoció que algunas industrias han sobrevivido no por ser competitivas, sino por un marco de protección de salvaguardias y cupos de importación. A su vez, comentó que a algunos sectores les ha costado dar un salto en transformación de materia prima.


Leonardo Pesantes, director corporativo de Almacenes TÍA,
prevé que la empresa crezca un 10 por ciento en
comparación con 2014.

Eso lo entienden los directivos de la empresa Sempre Bene, que en su portafolio de productos cuentan con dos marcas de galletas como Croffers y Obrits. “La innovación, sumado a un buen empaque y calidad, nos permitirá competir cuando ya no tengamos salvaguardias”, dice Ivonne Pérez, gerenta Comercial y de Operaciones de la empresa.

Ellos proveen a varias tiendas no tradicionales en el país. A pesar de eso, su gerente general, José Luis Ortiz, asegura que el trato a las pymes sigue siendo diferenciado en algunos supermercados. “La exposición no es la misma al que tiene una empresa grande”, afirma. Igual, este año han aumentado sus ventas a supermercados en un 40 por ciento.

El mismo camino ascendente de la firma Guadaproducts, dedicada a la producción y comercialización de frutas y hortalizas como frutillas, lechuga, mora, zuquini, entre otros. Aunque el crecimiento, dice David Pazmiño, gerente general de la empresa, se ha dado por la diversificación de su portafolio. “Buscamos nuevos productos para aumentar la presencia en las perchas”, comenta.

Son proveedores de Mi Comisariato (Corporación El Rosado) desde hace más de 10 años, y también están en Supermaxi, pero recién este año tienen presencia en Almacenes TÍA. Este formato de tiendas concentra el 90 por ciento de las ventas de Guadaproducts como proveedor.

Apuntan a crecer, y quizá un camino es la industrialización de productos que por ahora los ofrecen como materia prima (piensan en frutillas en almíbar, pasta de tomate y otros). No obstante, no lo ven primordial. “Debemos estar seguros antes de ingresar”, dice.

Generar confianza es la idea que los supermercados desean cubrir, junto a organismos estatales, con el desarrollo de ferias empresariales. Corporación Favorita, por ejemplo, prevé organizar hasta fin de año 26 encuentros. Una de las metas, explican, es asesorar a los productores que están cerca de introducir sus artículos.

Según el vocero del holding, si bien la industria nacional mejoró, les preocupa que menos del cinco por ciento de 650 posibles proveedores atendidos, no cumplan con la normativa legal vigente. “El desconocimiento o informalidad no les permite salir adelante”.

El reto para las productoras nacionales es seguir siendo competitivas cuando las salvaguardias dejen de aplicarse en junio de 2016. Es decir, no ser solo un sustituto sino una opción protagónica.

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