La oposición asume este martes el mando del Parlamento en una Venezuela en severa crisis económica y convulsión política, abriendo una etapa de choque de poderes que complica aún más la gobernabilidad del país.
Poniendo fin a 17 años de hegemonía chavista, la ceremonia inició al mediodía para juramentar a la Asamblea Nacional electa por cinco años en los históricos comicios del 6 de de diciembre, cuando la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) logró un aplastante mayoría de 112 diputados contra 55 oficialistas.
La gran expectativa en la instalación del Parlamento está centrada en si podrán juramentarse los 167 diputados, luego de la decisión del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) -considerado un aliado del oficialismo- de suspender la proclamación de tres opositores y uno oficialista en el sureño estado Amazonas.
Si no son juramentados, la MUD perdería al menos provisionalmente la poderosa mayoría calificada de dos tercios (112 de 167 escaños) que logró, un acto que juristas como Juan Ignacio Hernández consideró ilegal pues los legisladores fueron ya proclamados ganadores de su curul y gozan de imunidad.
Afuera también subía la tensión. Un fuerte cordón de seguridad rodeaba el Palacio Legislativo. A unas calles de distancia, miles de seguidores de uno y otro bando se manifestaban pacíficamente, aunque era notoria la presencia de decenas de encapuchados en motocicleta.
El presidente Nicolás Maduro garantizó la instalación pacífica de lo que llamó el "Parlamento burgués", mientras que la oposición dijo confiar en que la Fuerza Armada garantizará el orden.
Abierta la sesión parlamentaria, en un hemiciclo abarrotado de dirigentes opositores, líderes del gobierno, diplomáticos y periodistas, se declaró una receso para revisar las credenciales de los nuevos legisladores.
Luego, se juramentará la nueva junta directiva del Parlamento, que estará presidida por el veterano diputado y acérrimo opositor Henry Ramos Allup.
"Se va a poner bueno esto porque vamos a hacer lo que sabemos hacer", advirtió al llegar el jefe parlamentario saliente y número dos del chavismo, Diosdado Cabello, mientras opositores abucheaban y gritaban: "Sí se pudo, sí se pudo", "¡supérenlo!".
Una crisis, dos modelos
De cómo manejen el chavismo su derrota y la oposición su mayoría legislativa y divisiones internas, dependerá la gobernabilidad y tranquilidad del país, y que la crisis se profundice o empiece a resolverse en 2016, según el economista Luis Vicente León.
El país con las mayores reservas petroleras del mundo sufre el desplome de los precios del crudo -fuente del 96% de sus divisas- un déficit fiscal de 20% del PIB, 200% de inflación, severa escasez de alimentos y una contracción económica del 6% en 2015, según cálculos privados.
Agotados de las colas para comprar comida y la inseguridad rampante, los venezolanos están a la expectativa, algunos esperanzados, pero otros pesimistas dada la confrontación vista estas semanas.
Para la oposición, este martes comenzará "el cambio"; para Maduro, la lucha de dos modelos: el del "pueblo que quiere preservar los logros sociales de la revolución" y "el neoliberal de la burguesía que quiere privatizarlo todo".
En víspera del cambio de legislatura, Maduro, con fuerte poder en un regimen presidencialista, promulgó una reforma para quitar al Parlamento la facultad de elegir al presidente del Banco Central y ahora lo hará el Ejecutivo.
Maduro evalúa presentar en breve un "plan de emergencia" para la reactivación económica y dijo esperar que la mayoría opositora no lo "sabotee".
Golpe contra golpe
En lo que sería una de las primeras batallas en el Congreso y aunque Maduro adelantó que la vetará, la MUD planea aprobar una amnistía para 75 políticos presos, entre ellos el opositor radical Leopoldo López, condenado a casi 14 años de prisión acusado de incitar a la violencia en las protestas en 2014.
"Amnistía ya", se leía en una pancarta que llevaron los opositores invitados al hemiciclo parlamentario, entre ellos la esposa de López, Lilian Tintori.
La MUD anunció que también ofrecerá, en un máximo seis meses si el oficialismo se resiste a las reformas económicas, una vía "democrática, constitucional, pacífica y electoral", según Ramos Allup, para buscar una salida anticipada del presidente, elegido por seis años en abril de 2013, tras la muerte de Hugo Chávez.
"Hay planes para atacarme como presidente", manifestó Maduro, advirtiendo que los diputados tendrán inmunidad pero no impunidad si "conspiran" con un "golpe parlamentario".
Hace una semana, la mayoría oficialista saliente nombró a 13 magistrados del TSJ, órgano que dirimirá las disputas parlamentarias, e instaló el Parlamento Comunal -de comunas chavistas-, como contrapeso a un legislativo opositor.
"La Asamblea puede aprobar las leyes que quiera, pero las refrenda el presidente, y en caso de que haya alguna contradicción el presidente puede vetarla o acudir al TSJ", afirmó Cabello.
En este contexto, el augurio para 2016 del analista Hernández no es nada alentador: "crisis económica y social, y crisis institucional".