El asesinato de su madre, Olga Graciela Cruz (68 años), y de su hermana, Estefanía Egas (26 años), un miércoles 26 de septiembre del 2018 las 03h00 aproximadamente, en el cantón Samborondón, dentro de una vivienda de la urbanización Las Riberas, no quedó impune.
A 34 años y 6 meses de cárcel fue sentenciada Olga Vanessa E.C., quien fue culpada como autora intelectual del crimen de sus familiares, este 12 de septiembre de 2019.
En el parte policial realizado el mismo día de los hechos, se reveló lo siguiente:
Una vez conocido el hecho, se tomó contacto con la ciudadana Olga Vanessa E.C., quien estuvo presente en el lugar del doble asesinato.
La procesada manifestó que "se encontraba descansando en su domicilio junto a su madre y hermana, a las 02h00 aproximadamente ingresaron a su domicilio varios individuos de sexo masculino", quienes les amedrentaron con armas de fuego y bajo amenazas e insultos procedieron a maniatar sus manos, boca y pies, tanto a ella, como a su madre y hermana.
A las 06h30 aproximadamente, Olga Vanessa E.C.-según su versión- logró pedir auxilio, y llegó hasta su domicilio el ciudadano Cleto C., supervisor de seguridad de la ciudadela, quien de inmediato dio aviso a la Policía Nacional.
LEA: REVELAN TRAMA DEL ASESINATO DE LAURA CHÁVEZ PLANEADO POR SU HIJA
Asimismo, la mujer confesó que, desde febrero del año 2007, mantenía una relación sentimental con William Vladimir R., quien le propuso vender una casa ubicada en la ciudadela Guayacanes, que dejó en herencia su padre, y que vendieron por $52.000.
A continuación, Olga Vanessa E.C. depositó $20.000 a la cuenta de William Vladimir R., dinero que utilizó para comprar un vehículo 'Aveo Emotion', y que era utilizado por él.
Según el parte, la mujer reveló que a su pareja se le había ocurrido un plan para desaparecer a la madre de ella, "ya que su familia no lo veía bien a dicho ciudadano".
En la autopsia practicada a las fallecidas, se determinó que la causa de la muerte de ambas fue "asfixia por sofocación obturación de orificios respiratorios". Sus cuerpos fueron encontrados en diferentes habitaciones, amordazados y atados con cinta de embalaje.