Uno de los hombres que habría apuñalado al joven Gabriel Alexander Moreno Soto, tras robarle su celular, está a punto de quedar en libertad. Como prueba hay un video de cámaras de seguridad que muestran al detenido, y a otro hombre, agrediendo a Alexander, quien nunca puso resistencia al robo. Sucedió en Quito, el 29 de mayo de 2022. La familia de la víctima pide justicia y no entiende cómo hasta ahora, con todas las pruebas recabadas, no ha habido una sentencia. Lo que es peor: la prisión preventiva contra el presunto asesino estaría por caducar.
Alex, como le decían en su casa, era oriundo de Ibarra en la provincia de Imbabura. Desde pequeño se caracterizó por su responsabilidad con los estudios, pero también por ser solidario y cariñoso. Una de sus aficiones era la música, tocaba la guitarra y cantaba junto a su madre o hermana.
Luego de terminar el colegio decidió mudarse a Quito para seguir la carrera de Bioquímica y Farmacia en la Universidad Central. Sus padres reconocen que no querían dejarlo ir, pero lo apoyaron porque en Ibarra no había la profesión que él deseaba, además, sacó un buen puntaje en las pruebas del Senescyt.
“Yo siempre tuve miedo, porque no es lo mismo la vida de Ibarra que la de allá. Como madre tuve un mal presentimiento, desde el inicio. Siempre que lo despedía quedaba intranquila”, recuerda Martha Soto.
Pese a que estaban separados por decenas de kilómetros, nunca perdieron el contacto. Casi todas las noches conversaban por videollamada o se escribían mensajes. De hecho, Martha recuerda que un día antes de la tragedia, su hijo le preguntó una receta que quería cocinar, ella lo guió y así pudo preparar su almuerzo.
Ese momento fue el último que compartió con su hijo, horas después fue asesinado por dos delincuentes.
ALEX NO PRESENTÓ RESISTENCIA
El sábado 28 de mayo, Alex se quedó solo en el departamento que compartía con su tío, quien había viajado a Ibarra. Por la noche salió a una reunión con unos amigos en un bar de La Mariscal, pues iban a celebrar el cumpleaños de una amiga.
La fiesta continuaría en la casa de uno de los presentes en la fiesta, pero el joven se quedó en la plaza Argentina. Entró a una de las tiendas de la gasolinera que queda cerca y luego caminó por la avenida 6 de Diciembre rumbo a su casa.
A las 03:20 de la madrugada, una cámara de videovigilancia captó el instante en que el joven fue interceptado por dos sujetos, quienes le quitan su celular y pese a que no presentó resistencia, lo acuchillan. Alex terminó desplomado sobre el pavimento, mientras los delincuentes huían de la escena.
UNA LLAMADA INESPERADA
Como todos los domingos, Darwin Moreno, padre de Alex, se levantó a las cinco de la mañana para andar en bicicleta. Pero ese 29 de mayo una llamada cambió su vida para siempre. Dos policías le dijeron que su hijo había sufrido un grave accidente y pidieron el número de un familiar que esté en Quito.
Los agentes se contactaron con una tía, quien acudió al hospital pensando que su sobrino estaba herido, pero al llegar a la casa de salud le comunicaron que había fallecido.
“Fue bastante doloroso traer el cadáver de mi hijo a Ibarra, prácticamente al barrio donde él creció”, dice el padre entre lágrimas.
La consternación no solo se sintió en esta familia, sino en todo Quito, cuando se difundió la noticia y el video. Las preguntas más recurrente eran: ¿Por qué lo mataron? ¿No era suficiente con robarle?
UN DETENIDO
La Policía capturó a uno de los implicados, Ronaldo José P. R., luego de rastrear el celular de la víctima el mismo domingo. El aparato emitía señal desde el Comité del Pueblo, en el norte de Quito. El extranjero tenía en su poder el teléfono de Alex.
El lunes, 30 de mayo, se instaló la audiencia de calificación de flagrancia en la que se dictó prisión preventiva para el sospechoso. Desde entonces, han pasado tres meses y aún no hay sentencia.
“Están como pruebas las cámaras de video, yo creo que eso era más que suficiente para que lo sentencien”, dice Darwin Moreno, quien al igual que su esposa decidieron no intervenir en el proceso judicial. Es el tío de Alex, quien está al tanto de la denuncia y contrató al abogado.
De hecho, el padre reconoce que no tiene el valor de ver el video que se viralizó en redes sociales. En cambio, la madre lo miró por casualidad.
El 15 de julio, se declaró concluida la etapa de investigación previa. Por lo que se convocó para el 22 de agosto, la audiencia preparatoria y evaluatoria de juicio. Sin embargo, la jueza que estaba al frente del caso fue destituida. La audiencia fue reprogramada para el 14 de septiembre.
A pesar de las pruebas fehacientes que hay en el caso, se estaría intentando aplazar la resolución. “Ese sería el mayor temor que hay para nosotros, de que estén tratando de dilatar el proceso para que se produzca la caducidad y este tipo quede libre y como sabemos que es extranjero se podría fugar”, dijo el abogado de la familia, Danilo Salas, en entrevista con la cadena Ecuavisa.
PIDEN JUSTICIA
La familia de la víctima solicita que no se dilaten las audiencias y que se haga justicia, antes de que el único detenido salga en libertad.
“Pido a las autoridades que tengan un poco de piedad con nosotros y que agilicen el proceso, porque sufrimos mucho al saber que podría salir, sin importar el dolor de los padres. Justo me acordé del policía Olmedo, que le juzgaron a 13 años de cárcel por cumplir su trabajo. En cambio, al que mató a mi hijo, ¿por qué no lo condenan rápido?, ¿qué están esperando?”, señaló Darwin Moreno.
Por su parte, Martha Soto comentó que “la justicia parece estar a favor de la delincuencia más que de la gente buena y sana”.
El robo de un celular que terminó en asesinato ha repercutido profundamente en la vida de esta familia, dejando estragos difíciles de sanar. El abuelo de Alex, por ejemplo, sufrió un infarto tras conocer la noticia. El padre asegura que hay días en los que no tiene ánimos de trabajar. Todos están a la espera de que se haga justicia para Alex.