Mayra Salazar, quien se encontraba en el Centro de Privación de Libertad Cotopaxi Nro. 1, en Latacunga, fue trasladada el 23 de noviembre al Centro de Privación de Libertad Tungurahua Nro. 1, en Ambato. Su traslado se debe al cumplimiento de una resolución del Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de Libertad y a Adolescentes Infractores (SNAI), en la que se estableció que la cárcel de Ambato solo va a acoger a mujeres.
Por ello, el 23 de noviembre fueron reubicadas 528 mujeres que se encontraban en la cárcel de Latacunga en Ambato, mientras que 665 hombres que estaban en la capital de Tungurahua fueron movilizados a la capital de Cotopaxi.
En total fueron movilizados 1.200 presos. El Ejército ecuatoriano estuvo al frente del operativo de reubicación de los internos
La relevancia de Mayra Salazar se debe a que ella es colaboradora eficaz de la Fiscalía en los casos Metástasis y Purga. Por ello, ella se sometió a procedimientos abreviados y por su ayuda recibió rebajas en sus penas. Ella está detenida desde el 14 de diciembre de 2023 y al momento cumple una condena de 15 meses de cárcel por el caso Metástasis. Mientras que el caso Purga todavía se espera la decisión judicial, ya que el pasado 4 de julio se cerraron los 120 días de instrucción fiscal.
Mayra Salazar fue relacionista pública de la Corte de Justicia del Guayas. Además, mantuvo contacto directo con el narcotraficante fallecido Leandro Norero para recibir instrucciones, a fin de crear escenarios idóneos para favorecer sus intereses de impunidad.
El 12 de julio pasado fue trasladada a la cárcel de Latacunga. Antes estaba recluida en una prisión de mujeres en Chillogallo, al sur de Quito, desde que se destapó el caso Metástasis.
Mientras estaba en Chillogallo, Salazar denunció que había recibido amenazas y que temía por su vida.
Salazar ha sido una pieza clave al momento de aportar con pruebas y testimonios en los casos Metástasis y Purga.