Hay varias líneas de investigación en torno a la explosión ocurrida en el sector del Cristo del Consuelo, sur de Guayaquil, que al momento registra la detención de cinco presuntos implicados.
El hecho dejó cinco personas fallecidas, dos mujeres y tres hombres, así como 17 heridos, dos en estado crítico y 15 ambulatorios, incluso algunos ya fueron dados de alta.
Ante los hechos, el Gobierno Nacional dispuso la movilización inmediata del personal de los ejes Investigativo y de Inteligencia policial para dar con los responsables de estos actos violentos y sus motivaciones.
Están activadas las unidades de Criminalística, Unidad de Lucha contra el Crimen Organizado, Unidad de Armas y Explosivos, Unidad de Inteligencia Penitenciaria, Unidad de Delitos Transnacionales, entre otras.
"El día de ayer se realizaron 11 allanamientos, se aprehendieron 5 personas con armas de fuego y elementos que se podrían utilizar para estos actos de terrorismo. Esperamos se den los 90 días de prisión preventiva para continuar con las investigaciones", precisó el ministro del Interior, Patricio Carrillo.
El funcionario también ha detallado que en el atentado se usaron explosivos de fabricación casera elaborados con base en sustancias químicas y descartó la utilización de granadas o dispositivos de uso policial o militar, como se había rumoreado en redes sociales.
La potencia del explosivo generó un orificio de 1,6 metros de diámetro, de 36 a 40 centímetros de profundidad y su onda expansiva llegó a entre 60 y 70 metros.
Al respecto, Carrillo manifestó su preocupación por la capacidad que tienen ahora para construir elementos de manera casera. "No son los de uso tradicional. Investigamos cómo van llegando a estas capacidades para cometer actos de barbarie", señaló.
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Carrillo indicó que el atentado estaba dirigido a alias ‘Cucaracha’, una persona residente del sector, así como contra otro conocido como 'Junior'.
Ambos aparentemente tienen alguna relación con los grupos de delincuencia organizada autodenominada “Los Tiguerones”.
Esta banda está vinculada al microtráfico de drogas y a las masacres que se han sucedido durante los últimos dos años en varias cárceles del país.
Según las investigaciones, dos personas a bordo de una moto llegaron al barrio y cerca de un restaurante "colocaron un saco" en cuyo interior se presume que "estaba un explosivo de alto poder", detalló el general Víctor Zárate, comandante de la zona 8.
Por otra parte, el Ministro del Interior agregó que de las 15 personas que ya salieron de las casas de salud, la mayoría se acogieron al silencio y prefieren no aportar con las investigaciones.
Destacó que, pese a la recompensa de $ 10.000 ofrecida para quienes brinden datos significativos para la investigación, al 1800 Delito (335486), no han recibido una sola llamada.
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“Este no es un problema de las instituciones, no es un problema de los ciudadanos, este es un problema del Estado ecuatoriano y tenemos que resolverlo entre todos, la administración de justicia, con el Sistema Penitenciario, desde la Legislatura verificando las dinámicas que ahora están funcionando e impiden que tengamos mejores resultados”, enfatizó Carrillo.
Para evitar nuevos hechos violentos, en la zona se desplegó un operativo antidelincuencial. Miembros de la Policía Nacional y Fuerzas Armas se trasladaron a las cuadras aledañas a la calle 8, para realizar el control de armas de fuego, sustancias estupefacientes, e identificar a personas requeridas por la justicia.
La mortal explosión atribuida al crimen organizado obligó al presidente, Guillermo Lasso, a declarar un estado de excepción en Guayaquil, Durán y Samborondón, cantones que integran la denominada zona 8.