La criminalidad, en buena parte ligada a las drogas y que deja casi 1.900 fallecidos este año, cobró el viernes la vida del atleta Álex Quiñónez, uno de los mejores velocistas del mundo.
Quiñónez, de 32 años, fue asesinado en el sector conocido como Colinas de la Florida, en Guayaquil, tras ser atacado a bala cuando estaba acompañado de un amigo suyo, Jojairo Arcalla, quien también falleció.
No obstante, tras el crimen se registró otro hecho violento durante el velorio del cantante urbano Arcalla (estaría vinculado con el grupo delictivo Los Tiguerones). Un hombre identificado como Johnson G. disparó e hirió a dos personas que asistieron al acto fúnebre, este domingo.
Inmediatamente, agentes de la Policía Nacional desplegaron un operativo y luego de una persecución lograron aprehender a Johnson G., en el mismo sector de Colinas de la Florida, por atentar con un arma de fuego contra 2 personas.
Según detalles de los agentes de la Policía, Johnson se movilizaba con una moto. En la persecución terminó herido, por lo que se tuvo que trasladar a un hospital.
El presunto sicario se encuentra con custodia policial y fuera de peligro, según informó Giovanni Naranjo, jefe del distrito Florida de la Policía.
“Las unidades especializadas serán las que vayan afirmando o descartando cualquier tipo de vinculación que pudieran tener los dos hechos”, indicó Naranjo.
Al momento se investiga si este incidente tendría relación con el asesinato. Por lo que, con su detención Johnson podría ser pieza clave para conocer a los autores y las motivaciones del sicariato que terminó con la vida de Álex Quiñónez.
Considerado como uno de los atletas más rápidos del mundo y un séptimo lugar en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, en la prueba de 200 metros planos, el asesinato de Quiñónez ha traspasado los límites de la tolerancia ciudadana, mientras las autoridades libran una batalla para frenar la violencia desatada en el país.
El asesinato de Quiñónez se produjo en medio de un estado de excepción decretado recientemente por el presidente Guillermo Lasso para combatir la inseguridad que se ha desatado en el país, con labores conjuntas entre la Policía y las Fuerzas Armadas.
Las operaciones se han concentrado en varias provincias de Ecuador, especialmente en Guayas, cuya capital es Guayaquil, donde se han registrado varias muertes violentas en las últimas semanas.