Ocurrió el pasado 29 de marzo de 2021, aproximadamente a las 07:30, en el sector de Sauces 8, al norte de la urbe. Wilson Santillán se estacionó a un costado de la vía para entregar un pedido en un restaurante. En un video de la cámara de seguridad, se observa que el taxista salió de su auto y caminó hacia la cajuela.
Sin embargo, un automotor rojo habría impactado contra el parterre y luego embistió al hombre, provocándole la muerte instantánea.
La hija de la víctima relató que en el vehículo rojo viajaban dos mujeres alcoholizadas e incluso en la calle quedaron algunos frascos de licores. “Ellas también llevaban botellas vacías en la parte de atrás del carro, parece que salieron a comprar más”, indicó Kerly Santillán.
Agregó que su padre, de 64 años de edad, tuvo casi 15 fracturas, especialmente en rodillas y cabeza. “La fuerza fue tan impactante hacia la pared, que era imposible que viviera”. La autopsia determinó que falleció por fractura craneoencefálica múltiple.
Mientras tanto, la acusada identificada como Ximena D., quedó detenida y en la audiencia de flagrancia le dictaron prisión preventiva.
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Sin embargo, el 19 de noviembre del 2021, una jueza declaró la inocencia de la procesada y quedó en libertad. La magistrada acogió la versión de los abogados de Ximena D., quienes expusieron que el accidente se produjo por una fuerza física irresistible. Es decir, que supuestamente hubo una fuerza ajena a la conductora, que le impidió tener otro tipo de reacción.
Eso con base en informes técnicos que determinaron que la mujer “perdió el dominio y control del móvil debido a un desperfecto mecánico en su sistema de propulsión”, lo que causó el desprendimiento del neumático posterior izquierdo y luego el desvío en su trayectoria inicial, según consta en la página de la Función Judicial.
La defensa de la víctima apeló la sentencia y el caso se elevó a la Corte Provincial del Guayas. Esa audiencia recién se iba a instalar el pasado martes 27 de febrero del 2024, pero otra vez la difirieron para mañana jueves 29 de febrero.
“Hemos esperado tres años en los que los jueces no han podido ni siquiera revisar el proceso”, comentó Rubén Guerrero, abogado de la víctima, quien asegura que en la condena de primera instancia no se tomó en cuenta el informe de alcotest y la defensa de la acusada “forzó pruebas para sostener una gran mentira”.
El jurista sostiene que Ximena D. debe ser acusada por el delito de muerte causada por conductor en estado de embriaguez, pues la prueba de alcoholemia determinó que la mujer tenía 0.42 gramos de licor en la sangre, cuando el mínimo es 0.30 gramos, aunque Guerrero recalca que el test fue tomado 12 horas después del accidente.
También, explicó que el informe técnico determinó que la suspensión posterior izquierda del carro presentaba una deformación axial producto de un golpe. Ese desperfecto habría sido provocado por el choque contra el parterre, más no por una falla mecánica que sustentala otra parte.
“Ellos dicen que se ha provocado una fuerza irresistible con base en un peritaje contradictorio. En otra parte, se menciona que el aro mecánico está en buen estado, pero luego señala que se ve la fractura en el punto de sujeción. La jueza solo consideró una parte del informe y la otra parte se hace de la vista gorda”, afirmó Guerrero.
El abogado insiste en que la causa principal del accidente fue que la mujer estaba embriagada y no pudo controlar el vehículo, provocando la muerte del taxista.
Este jueves 29 de febrero se conocerá la decisión del tribunal, que tiene dos opciones: ratificar el estado de inocencia o aceptar la apelación.
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Kerly Santillán, hija de la víctima, recordó que la familia de la conductora se acercó a ella y su defensa para ofrecerle 15 mil dólares a cambio de olvidar el proceso judicial, pero no aceptó y afirma que seguirá buscando justicia “porque fue un hecho que pudo evitarse”.
“Me dijeron que mi papá ya estaba viejito y en cualquier momento podría haber muerto, por lo cual era mejor quedarse con algo, que no tener nada”.
Santillán también comenta que tuvo que tomar antidepresivos, pues no lograba comprender la repentina partida de su progenitor, sobre todo porque se llamaban casi a diario.
“Lo más difícil fue levantarte y, en vez de escuchar el buenos días, escuchar que mi papá está muerto”, mencionó.
Wilson Santillán dejó en la orfandad a cuatro hijas, incluyendo a una joven con Asperger (trastorno del comportamiento), que dependía directamente de él.
La familia del hombre clama por objetividad en el proceso, celebridad y reparación.