Entre los cuerpos desmembrados en la cárcel de Bellavista, en Santo Domingo, donde fueron levantadas 45 piezas humanas, estaba el de José Gregorio Ramírez Guerrero, alias 'Goyo', un privado de la libertad (ppl) que habría originado la reciente masacre carcelaria, este 18 de julio de 2022, en la que también murieron otros 11 presos.
Su trágico asesinato fue grabado por otros reos, quienes luego difundieron los videos en los que se observa el desmembramiento del ppl.
Reportes de inteligencia policial mencionan que el ataque habría sido planificado para acabar con la vida de Goyo, de 28 años de edad y origen venezolano, tras descubrirse su presunta participación en el asesinato de alias 'Rasquiña' (ex líder de Los Choneros), así como en el secuestro de la hija de alias 'Fito'.
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Según el ministro del Interior, Patricio Carillo, esta matanza se produjo supuestamente como represalia de la banda criminal R7 contra un grupo disidente que se había formado recientemente en el mismo centro penitenciario.
El occiso era acusado de liderar una red de sicarios, a través de una nueva agrupación criminal denominada cartel La Nueva Escuela (CLE).
'Goyo' había sido sentenciado a 34 años de cárcel por el asesinato de cuatro integrantes de una misma familia, durante la celebración de un cumpleaños, ocurrido en junio de 2021 en Manta. También registraba un proceso judicial por delincuencia organizada.
TRASLADO DE PRESOS PELIGROSOS
Entre las acciones para mitigar la situación en la cárcel de Santo Domingo, el Gobierno continúa con la política de traslados de reos considerados peligrosos a "La Roca", cárcel de máxima seguridad en Guayaquil.
El Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores (SNAI) informó que, en coordinación con la Policía Nacional, ya se realizó el traslado de 17 ppl.
Además se ejecutó un operativo de requisa en los pabellones, que dejó como resultado el hallazgo de una arma de fuego, municiones, varias armas blancas, celulares, entre otros objetos prohibidos, así como el decomiso de un fusil.
Este episodio, que ocurrió apenas dos meses después de que en la misma prisión hubiese otro baño de sangre en el que fueron asesinados 44 presos, estuvo cargado de crueldad, con reclusos decapitados o mutilados en macabras imágenes que han circulado en redes sociales.
Según el ministro Carrillo, la mayoría de estas matanzas reflejan perfiles psicológicos complejos de los asesinos, por lo que "estudiar desde las ciencias la conducta humana es tarea pendiente".