El verdadero rostro de Rubén Cherres: narcotráfico, deudas y una vida de lujos
Todo parece indicar que, desde diciembre de 2022, sabía lo que se le venía. El Sistema Único de Pensiones Alimenticias deja conocer que Cherres Faggioni Rubén Antonio, con cédula 0907003370, dejó hace 11 años de pagar esa obligación para con la madre que en 2009 lo demandó.
A abril de 2023, la deuda es nada menos que de 235 mil dólares. Por esa deuda, Cherres tenía una prohibición de salida del país. Extrañamente, en diciembre último, le pide al juez décimo de la niñez de Guayaquil que le levante ese impedimento y que a cambio se lo pongan a su hermano a quien promete dejar como garante de la obligación.
El 27 de diciembre le concedieron su petición. No era el único acto jurídico que en esos días le preocupaba. A la Superintendencia de Compañías llegaron, desde mediados de diciembre, varios escritos comunicando que dejaba de ser accionista en al menos cinco compañías.
Por ejemplo, en la empresa Consalcorp cuya actividad declarada es la construcción de “todo tipo de edificios residenciales”, los accionistas Rubén Cherres Faggioni y el albanés Dritan Gjika transfieren su paquete accionario de 400 acciones cada uno, a favor de una estudiante universitaria, nacida en Daule hace 27 años.
Según el portal de la Súper de Compañías esta transacción se registró el 13 de diciembre de 2022, aunque la carta firmada por los cedentes tiene fecha de enero del año pasado.
Lo que el país sabía es que Cherres Faggioni estaba siendo buscado por la Policía a raíz de una denuncia hecha por un medio digital. Los periodistas hicieron público una investigación fiscal reservada y luego archivada por un juez en la que se menciona que “Cherres busca posicionar en el gobierno a ciudadanos afines a su persona”.
Todo cambió la tarde del 31 de marzo cuando el exministro del Interior del correato, José Serrano Salgado, puso un trino que decía: “Urgente: Una de las personas halladas enterradas en Punta Blanca sería Rubén Chérrez (sic), la impunidad se estructura ya!...”.
Minutos después la Policía confirmaba la versión.
Se cambió de nombre
La primera vez que el nombre de Rubén Cherres apareció en la crónica roja de los diarios fue en 1999 cuando fue detenido y procesado junto a una veintena de personas tras un operativo contra el tráfico de estupefacientes.
Al parecer estuvo en prisión algunos años y allí habría entablado relación con albaneses. En ese juicio aparecía como Rubén Antonio. Años después se cambió a Rubén David como se leyó hasta su muerte en su cédula.
Cherres Faggioni nació en Guayaquil el 20 de junio de 1959, su estado civil era divorciado y su profesión constaba en el Registro Civil como “petrolero”. Pero a pesar de tan rimbombante actividad y además del hecho de aparecer como accionista y/o administrador de una docena de empresas, el pago de impuestos no estuvo entre sus aficiones.
El Servicio de Rentas Internas reporta que entre 2009 y el año en curso, 2023, no pagó un solo dólar de Impuesto a la Renta. Lo que sí había pagado fueron 2.500 dólares por 31 infracciones de tránsito, buena parte de ellas por conducir a exceso de velocidad. De esa cantidad quedó debiendo solo 127 dólares a la Agencia Nacional de Tránsito (ANT).
Un dato curioso es que su licencia de conducir había sido anulada el año pasado porque estaba en un grupo de documentos que según la ANT “no han cumplido el flujo informático para la emisión de las mismas”.
Socio de albanés
Actualmente continúa figurando como accionista en cinco compañías. En otras ocho dejó de serlo. Paradójicamente, ninguna de ellas se dedica al negocio petrolero.
La mayoría tienen la misma finalidad “construcción de todo tipo de edificios residenciales, casas familiares individuales, edificios multifamiliares, edificios de alturas elevadas y viviendas para ancianatos”.
En una, Inmobitrust, difiere un poco el objetivo: “compra, venta, alquiler y explotación de bienes inmuebles propios o arrendados”. Se conoció que el superintendente de Compañías alertó a la Asamblea Nacional que varias de las empresas en que aparecía como accionista fueron constituidas además el mismo día y con un mismo socio.
Este era un ciudadano albanés de nombre Dritan Gjika, nacido el Día de Inocentes de 1976, de profesión “actividades lucrativas que permita la Ley”. Es de estado civil soltero y obtuvo una cédula ecuatoriana en 2013. Un año después habría iniciado su relación empresarial con Cherres.
La dirección que aparece en los registros de esas empresas es una oficina que Cherres alquilaba en el lujoso edificio Sky Building, ubicado a un costado del aeropuerto José Joaquín de Olmedo de Guayaquil.
En los círculos sociales, Cherres para algunos era “un playboy”. Cuentan que solía asistir a eventos exclusivos siempre acompañado de atractivas damas y que gustaba demostrar su cercanía con personas poseedoras de algún poder económico.
Uno de ellos habría sido el empresario y dirigente deportivo Danilo Carrera, cuñado del presidente Guillermo Lasso. Ambos compartían su afición por el tenis, jugando en las canchas del Guayaquil Tenis Club. No hay indicios ciertos que acerquen a Carrera con ninguna de las presuntas actividades ilegales de Cherres.
Con su asesinato se descubrió que la “clandestinidad” la pasaba muy cerca de la playa, en una vivienda que él mismo había alquilado en enero pasado en el exclusivo sector de Punta Blanca, en la península de Santa Elena, y cuyo contrato fenecía el 31 de marzo.
Ese día estuvo acompañado de una joven machaleña y de un empresario guayaquileño. Los tres más el guardia que cuidaba la propiedad, fueron ultimados por desconocidos. Ese fue el triste final de este intrigante personaje.
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