El titular de Ambiente, Tarsicio Granizo, se congratuló hoy de que el Chocó Andino se haya convertido en la séptima reserva de la biosfera ecuatoriana por la Unesco, y confió en que ayude a conservar especies como el oso andino.
Granizo manifestó hoy en una rueda de prensa que gracias a este reconocimiento se evidencia "que puede existir armonía entre la naturaleza y el ser humano" y subrayó que es motivo de orgullo para el país por el trabajo colectivo de varios Gobiernos Autónomos Descentralizados y la población local.
El Chocó Andino se encuentra en la provincia andina central de Pichincha, donde se ubica Quito, la capital ecuatoriana, y la reserva garantiza la protección del oso de anteojos o andino, especie emblemática para el Ecuador y la región salpicada por la cordillera suramericana.
El ministro añadió que el reconocimiento refleja que se puede "conjugar un modelo de gestión económico y social de la mano de la conservación de la biodiversidad".
Asimismo Saadia Sánchez, representante de la Unesco en Quito, felicitó al Gobierno de Ecuador y a sus comunidades, "por preservar y dar importancia a los ecosistemas".
El Chocó Andino, parte de la Red Mundial de Reservas de la Unesco, tiene una extensión de 286.805 hectáreas y concentra flora y fauna icónicas, además de ser fuente de agua potable, producción agroecológica y generación eléctrica.
Además del Chocó, la Unesco ya había designado en el pasado como reserva de la biosfera en Ecuador al Parque Nacional Galápagos, Yasuní, Sumaco, Podocarpus-El Cóndor, el Macizo del Cajas y Bosque Seco.