En la mañana, la institución recibió la alerta de que un grupo de reos, de uno de los pabellones de la cárcel, "pedía ser trasladado a otro lugar, lo cual ocasionó que ellos salgan de este pabellón", explicó a la prensa el subcomandante de la Policía del Distrito Metropolitano de Quito, Juan Orquera.
Apuntó que los agentes aplicaron el protocolo de actuación de la Policía Nacional, "a través de los grupos tácticos, con munición no letal, con agentes químicos", y aseguró que no se registraron heridos.
"Hemos controlado la situación de la crisis, hemos logrado recuperar a cuatro abogados que estaban aprehendidos", quienes fueron atendidos por equipos médicos, "los cuales han garantizado su integridad", relató.
Añadió que un grupo de 64 reos piden el traslado a otra cárcel y aseguró que en el resto de pabellones no hubo novedades, pero igualmente reforzaron los controles internos y externos.
Por su parte, familiares de los reos reclamaban afuera de la cárcel por el traslado a otras cárceles aduciendo peligro para la vida de sus parientes en la de El Inca, en Quito.
"Lo que queremos es trasladarlos porque están en peligro, son 64 personas privadas de las libertad (PPL) que quieren ser trasladados y la señora directora del SNAI no quiere hacerle la autorización para que se (les) traslade", dijo Jordán Cortés, familiar de un reo.
Se refería al Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores (SNAI), encargado del resguardo y administración de las prisiones ecuatorianas.
"Nosotros como padres de familia, pedimos que se les haga el traslado a los que están autorizados, 64 son los que van a la provincia de Esmeraldas", donde están sus familiares, anotó al subrayar que el motín se dio por la falta de concreción del cambio de cárcel.
Las cárceles de Ecuador han sido desde 2020 escenario de una serie de masacres en las que han sido asesinados más de 450 presos, producto de enfrentamientos entre bandas rivales que se disputan el control interno de los centros de reclusión.
A ello se suma las condiciones carcelarias, con un hacinamiento que puede llegar en algunos casos al 50% de la capacidad de la cárcel.
La situación de violencia también se ha trasladado a las calles, con los grupos del crimen organizado en disputa por el control de las rutas del narcotráfico, en especial en la zona de la costa, donde están los puertos que han hecho de Ecuador uno de los principales trampolines para la cocaína que llega a Norteamérica y Europa.