Ecuador vivió la noche de este miércoles un nuevo capítulo de apagones programados, una medida temporal impuesta por la crisis energética que atraviesa el país.
Entre las 22h00 y las 6h00 de este jueves, diversas zonas del país quedaron a oscuras debido a cortes eléctricos programados, que se extendieron entre dos y cinco horas, organizados por áreas. Durante este periodo, se decretó un toque de queda en seis provincias y un municipio.
En el resto del país, sin toque de queda, las fuerzas del orden, compuestas por policías y militares, patrullaron las calles para resguardar puntos críticos como entidades bancarias, estaciones de servicio y centros penitenciarios, entre otros.
En total, más de 46.000 policías y 31.000 militares fueron desplegados durante esta primera noche de apagones.
A diferencia de los anteriores racionamientos de energía, que se realizaban durante el día, esta vez los apagones ocurren en la noche, decisión tomada por el Gobierno para reducir el impacto en la población.
Sin embargo, la Cámara de Industrias y Producción (CIP) advirtió que cada noche de cortes podría generar pérdidas de hasta 20 millones de dólares.
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La matriz de generación eléctrica de Ecuador depende en más del 70 % de la energía hidroeléctrica, principalmente de la central Coca Codo Sinclair, la más grande del país con 1.500 megavatios de potencia, y del embalse de Mazar, el segundo de mayor capacidad en el país. Este último alimenta un complejo de tres centrales hidroeléctricas, que en conjunto aportan otros 1.757 megavatios.
Cualquier alteración en estas dos infraestructuras compromete la capacidad del sistema eléctrico para cubrir la demanda nacional. En momentos críticos, el país ha recurrido a la importación de electricidad desde Colombia como medida paliativa.
El ministro de Energía, Antonio Gonçalves, informó que la situación del embalse de Mazar es crítica. Aunque han ocurrido precipitaciones esporádicas, la meteorología sigue siendo impredecible, lo que obliga a tomar decisiones semana a semana basadas en los pronósticos climáticos.
“Cada semana evaluamos si habrá apagones o no", afirmó Gonçalves, advirtiendo que el suministro eléctrico dependerá de las lluvias en los próximos días.
Como medida preventiva, desde el miércoles las Fuerzas Armadas han tomado control de las instalaciones de Coca Codo Sinclair y el embalse de Mazar, siguiendo instrucciones del presidente Noboa, quien teme posibles sabotajes en medio de esta crisis.
A la sequía se une además la falta de mantenimiento e inversiones en el sector eléctrico desde hace más de un lustro.
Para enfrentar esta situación el Gobierno ha lanzado procesos de contratación y alquiler de generación energía. Esta semana, inició un proceso de emergencia para el alquiler de una segunda central de generación flotante, con una potencia de hasta 250 MW.
La Corporación Eléctrica del Ecuador (CELEC EP) publicó en el portal del Servicio de Contratación Pública (SERCOP) el proceso, que se iniciará con la recepción de propuestas para el alquiler de estas instalaciones que funcionarán con combustible HFO6 (de producción nacional) y que se ubicará en un sector del río Guayas (Guayaquil).
Desde el lunes está en operación una planta eléctrica flotante alquilada a la empresa turca Karpowership, del grupo energético Karadeniz, que genera 100 megavatios.
Solo las Islas Galápagos estuvieron exentas de los cortes programados en el suministro eléctrico a nivel nacional. El archipiélago se abastece de manera independiente al sistema eléctrico nacional de Ecuador gracias principalmente a generadores a combustión.