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Los correístas que cayeron tras las rejas y los que se fugaron

viernes, 2 octubre 2020 - 06:05
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Después de los 10 años de correismo, son al menos 23 los funcionarios de primer nivel del gobierno anterior que han tenido que enfrentar a la justicia. Y ya se habla de otros cuantos “en lista de espera”. Cual dominó, las fichas siguen cayendo.

El presidente Lenín Moreno hablando a trabajadores petroleros, dijo: “Da pena ver lo que muchos o pocos han hecho del Ecuador. Sin embargo, es importante recalcar que lo que se ha logrado es por parte de ustedes, no es por parte de los sinvergüenzas que se han llevado la patria”.

Aparte del expresidente Rafael Correa recientemente sentenciado a ocho años de prisión y del exvicepresidente Jorge Glas, detenido desde hace tres años, 17 integrantes de su gabinete ampliado enfrentan o enfrentaron procesos penales. A ellos se suma una media docena de asambleístas que ya fueron procesados o que se autoexiliaron previniendo algún llamado de la Fiscalía o ser un día despertados por un allanamiento policial.


 
Desde “el comecheques”
Apenas llevaba seis meses en el poder cuando Rafael Correa enfrentó la primera denuncia de irregularidades en su entorno. Se había filtrado un video donde el entonces ministro de deportes Raúl Carrión se ufanaba de su amistad con el mandatario. Decía ser “uno de los ministros más fuertes del régimen”, autocalificándose como “el dueño del circo”.

Un año después, en Morona Santiago, empezaban los cuestionamientos a las obras deportivas que se construían previo a la realización por primera vez en esa provincia oriental de unos Juegos Deportivos Nacionales.

En diciembre de 2008, el ministro Carrión dimitió. Allí se conoció también que uno de sus asesores que se hacía llamar viceministro, Fernando Moreno Viana, de origen colombiano, había sido detenido en Guayaquil. En su poder se encontró 50 mil dólares en efectivo y tres cheques de 10 mil cada uno. Una agente al mando del operativo reportó que Moreno intentó comerse los cheques y “donar” a los policías el efectivo. Eso no fue todo. Al allanar su domicilio se encontró en su closet una funda de basura con un cuarto de millón de dólares en billetes y casi un millón más en cheques.

Tras un año sin sentencia, Moreno Viana salió de la cárcel y no se volvió a saber de él. Carrión estuvo más tiempo, pero fue absuelto del delito de lavado de activos. Fue, eso sí, el primer miembro del gabinete de Correa en recibir una sentencia -de tres meses de prisión- por peculado. Esto por la subdivisión de contratos para la construcción de complejos deportivos en Esmeraldas y Morona Santiago.

Primeros sobornos
En 2015, el turno le tocó a la asambleísta esmeraldeña Esperanza Galván. Ella fue detenida el 24 de mayo al salir del pleno de la Asamblea donde minutos antes vivaba al presidente Rafael Correa.

Fue acusada de pedir coimas a contratistas de la empresa de agua potable de Esmeraldas. Se dijo que habría exigido 800 mil dólares por encargo del vicepresidente Jorge Glas.

Entonces, Glas negó estar detrás de ese chantaje y más vale dijo ser el denunciante. Galván, legisladora de Alianza PAIS, fue declarada culpable de cohecho y sentenciada a tres años de prisión.

Esto ocurrió en 2015. Hoy, gracias al Así "se cocinó" la sentencia contra Rafael Correa Caso Sobornos, sabemos que el sistema de pedir coimas a contratistas del Estado estaba en plena vigencia entre 2012 y 2016.

Otra baja en el gabinete ampliado fue Pedro Delgado, presidente del Banco Central y primo en segundo grado de Rafael Correa Delgado. Vale recordar que el Central perdió su histórica autonomía durante el correato.

Cuando los ojos de la prensa empezaron a dudar de la solvencia académica del alto funcionario, fue defendido a rajatabla por su primo. Incluso el gabinete lo homenajeó en el Hotel Quito, para desagraviarlo. Cuando la verdad brilló, y Delgado no tuvo más que reconocer que había falsificado su título de economista, se marchó a Estados Unidos alegando el matrimonio de su hijo mayor. Nunca volvió. Una boleta de detención lo espera.

Las fichas siguen cayendo
Poco antes de terminar el gobierno de Correa, el velo que al parecer cubría muchas irregularidades, empezó su retirada. Dos investigaciones periodísticas internacionales -Papeles de Panamá y Caso Odebrecht- ayudaron a abrir los candados dentro del país.

Transacciones por un millón de dólares en unas cuentas en Andorra llevaron al banquillo al exministro de energía Alecksey Mosquera. El entonces todavía presidente Correa se apresuró a explicar que el dinero encontrado provenía de “negocios entre privados”.

Delaciones de exfuncionarios de Odebrecht ayudaron a comprobar que un millón de dólares de coima fue pactado previo a la construcción de la hidroeléctrica Toachi Pilatón. Mosquera fue sentenciado a cinco años.

También los archivos de paraísos fiscales revelaron cómo millones de dólares danzaban en cuentas vinculadas a funcionarios de la Refinería de Esmeraldas, cuya reparación costó dos mil millones de dólares.

Los hilos llegaron hasta el gabinete, donde cayó en desgracia el ministro de hidrocarburos Carlos Pareja Yannuzzelli.

Ya ha recibido cinco sentencias, siendo la mayor a 10 años de prisión. El mismo Caso Odebrecht desnudó al contralor Carlos Pólit. Él era el obligado legalmente a vigilar el buen uso de los dineros públicos. Se mantuvo en la Contraloría desde el inicio del correísmo y pretendía quedarse al menos cinco años más. Los cambios legales hicieron además que solo él pueda decidir si había o no delitos detrás de obras contratadas. Está acusado de recibir sobornos a cambio de “informes pulcros”. Está prófugo en Estados Unidos.
Paralelamente, el superintendente de Información Carlos Ochoa fue enjuiciado por alterar la Ley de Comunicación. Huyó a Bolivia. El excanciller Ricardo Patiño enfrenta a la justicia por haber instigado a la rebelión en un discurso en Latacunga. Huyó a México. Ramiro González, expresidente del IESS y también exministro de Industrias, fue acusado de defraudación al fisco luego de que una de sus más cercanas colaboradoras fuera sindicada por lavado de activos. González huyó a Perú.

Fernando Alvarado fue ministro de Turismo y secretario nacional de Comunicación. A su cargo estuvo, entre otras, el manejo de las sabatinas. Procesado por presuntas irregularidades en contrataciones, fue obligado a portar un grillete electrónico. Hasta que un día lo dejó botado y se mandó a cambiar quién sabe adónde.

Otro de los juicios que enfrenta el expresidente Correa es por el secuestro del opositor Fernando Balda en Bogotá. Este caso involucra también al exdirector de inteligencia Pablo Romero, quien fue capturado en Madrid y extraditado.

Los sucesos de octubre de 2019 dejaron también ante la justicia a dos de los más fieles al expresidente Correa: La actual prefecta de Pichincha Paola Pabón y el asambleísta Virgilio Hernández. Pabón fue la última ministra de la Política de Rafael Correa. Ambos portan grilletes electrónicos.

La catarata de enjuiciados se duplicó tras el Caso Sobornos, que arrastró incluso al llamado círculo íntimo del poder formado por Vinicio Alvarado y Alexis Mera; este último fue el único que durante los diez años en que toda la legislación cambió, no se movió de la Secretaría Nacional Jurídica. Alvarado se alejó del Palacio solo para brevemente manejar el ministerio de Turismo. Con ellos están sentenciados los exministros Caso Senagua: exsecretario nacional del Agua, Walter Solís, enfrenta juicio por peculado Walter Solís, María Duarte y Viviana Bonilla. Y con una pena menor la asesora presidencial y exmagistrada constitucional Pamela Martínez.

Nunca tantos altos funcionarios de un mismo régimen habían sido llevados al banquillo. En estos días, la Fiscalía ha anunciado que impulsará nuevos procesos donde podrían estar involucrados otros exintegrantes del gabinete del anterior régimen. Todo un termómetro del clima de corrupción que hemos vivido.

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