Para contener la compulsión sexual, el rey Juan Carlos de España habría tomado hormonas femeninas y bloqueadores de testosterona. Se habría acostado con cerca de cinco mil mujeres.
Don Juan Carlos I hizo honor al célebre personaje del drama “Don Juan Tenorio”, escrito por José Zorrilla en el siglo XIX. Dos nobles españoles apuestan quien puede seducir más doncellas durante un año. Juan Tenorio gana la apuesta pues contabiliza 72 amoríos, mientras su rival 23. Don Juan Carlos de Borbón se los lleva de largo, pues tuvo a lo largo de su vida unas 4.770 mujeres como amantes.
Todo narrado por José Manuel Villarejo, exjefe de la Policía Nacional de España, a quien se le habría encargado mantener una “prudente vigilancia” sobre el Jefe de Estado español.
En declaraciones a la prensa, Villarejo inclusive ha señalado que, en 2014, dada la avanzada edad del Rey y que sus constantes devaneos eran causa de inmenso dolor en la familia real, se le aplicó inyecciones hormonales féminas e inhibidores de testosterona.
Según Villarejo, quien tomó la decisión para el tratamiento fue el jefe del centro de Inteligencia Española Félix Sanz Roldán.
Aunque las declaraciones de Villarejo deben ser tomadas con una “pizca” de cautela, pues está enjuiciado por corrupción, la examante del Rey, Corinna zu Sayn Wittgenstein, una princesa alemana, corroboran el incontrolable libido del Rey.
En una grabación hecha en 2016, cuando le investigaban una cuenta millonaria a su nombre y donde se sospecha que era testaferro de Juan Carlos, ella dijo que “las hormonas lo controlan y es incapaz de quedarse con una sola mujer”.
La historia de la debilidad de Juan Carlos y su incontrolable apetito sexual ha sido publicada en libros, aunque nunca llegando al extremo de las declaraciones hechas por Villarejo.
En las biografías autorizadas y no autorizadas, el Rey Emérito de España fue un conquistador desde muy joven. Su primer gran amor habría sido la hija del rey de Italia Humberto de Saboya, llamada María Gabriela.
Sin embargo, no fue la escogida por su protector el dictador Francisco Franco quien encontró en la recatada princesa griega Sofía, la ideal para ser su pareja y reinar en España a su muerte. Una tragedia para la Princesa, que se casó muy enamorada de “Juanito”. Lo encontró en la cama con otra mujer durante la luna de miel. Sería la primera de muchas humillaciones que debió soportar.
En la lista de amantes del Rey se cuentan artistas, reinas de belleza, presentadoras de televisión... Poco antes de casarse con Sofía estuvo perdido por una reina de belleza del Perú, con quien se carteó durante más de un año después del romance.
De la joven peruana no hay rastro. Sí lo hay de otra reina de belleza, esta vez española, María García, quien después actuó en el cine con el seudónimo de Bárbara Rey y a quien se le habría pagado con dinero de gastos reservados para mantener su boca cerrada.
La cantante Sara Montiel y la italiana Raffaella Carrà, son otras dos de sus supuestas conquistas. Se lo ha acusado incluso de haberse insinuado a Diana de Gales cuando ella tenía 25 años y estaba en un viaje con el príncipe Carlos y sus hijos.
Se cree que por esta vida de donjuán hay unos 20 hijos fuera del matrimonio, algunos de los cuales inclusive han puesto juicios de paternidad como Ingrid Sartiau, hija de la institutriz belga Liliane Sartiau.
No obstante, esos juicios no han prosperado por “la inviolabilidad legal del Monarca”. Igualmente, un camarero ha demandado una supuesta paternidad.
Hay hasta un libro sobre la adicción sexual del Monarca, titulado “Juan Carlos: el rey de las 5.000 amantes”, escrito por el historiador Amadeo Martínez Inglés, donde pormenoriza la adicción al sexo del Monarca. Paradójicamente, en la era del Me Too, el libidinoso don Juan Carlos no ha caído en desgracia por el desenfreno de su libido, sino por su corrupción.
Fue enviado al exilio en Abu Dabi, Emiratos Árabes Unidos, porque en Suiza se inició una investigación sobre unos fondos offshore y unos depósitos millonarios hechos en la cuenta de su última amante oficial, Corinna, quien argumentó que se los había obsequiado el Rey.
Mas resulta que esos 100 millones de dólares que habían en sus cuentas provenían de un supuesto regalo del Rey de Arabia Saudita por sus gestiones para la construcción de un tren rápido, hecho por empresas españolas.
Hay la sospecha de que ese dinero provino de un soborno de dichas empresas. Ante el peligro que corría la monarquía por dos escándalos seguidos: el primero los sobornos recibidos por el yerno del Rey, Iñaki Urdangarin, y este por el mismo Rey; su hijo Felipe VI lo exilió.
En un aparente intento por volver a casa, el Rey ha regularizado sus cuentas offshore y pagado una multa, pero su imagen ha quedado definitivamente empañada, más aún con las últimas revelaciones.