Una gran multitud se congregó el último fin de semana en Belgrado, capital de Serbia, para expresar su apoyo a las tropas rusas que invadieron Ucrania, informó la emisora N1.
Los protestantes portaban banderas rusas y serbias, llevaban pancartas con el símbolo Z, una de las insignias de las fuerzas militares rusas en la guerra de Ucrania, al mismo tiempo que coreaban consignas de apoyo a Rusia y a la hermandad entre los dos países "¡Rusia, Rusia!" y "serbios y rusos, hermanos para siempre".
Además, a gritos acusaban a Aleksandar Vucic, presidente de Serbia, de haber traicionado al país por su apoyo a la resolución de la ONU contra la invasión Rusia de Ucrania, y rechazaban la aspiración de ingresar en la Unión Europea (UE).
Los representantes de la manifestación amenazaron en la protesta con que saldrán muchos más a las calles si Serbia impone sanciones a Rusia, como lo hizo Occidente.
SERBIA, EN UNA POSICIÓN DIFÍCIL SOBRE LA GUERRA EN UCRANIA
Serbia es el único país de Europa -a excepción de Bielorrusia- que no se ha unido a las sanciones contra Rusia por invadir Ucrania, una posición que puede afectar su aspiración de entrar en la Unión Europea (UE).
Por otro lado, buscan mantener estrechos vínculos con Rusia, que proporciona a Serbia energía, armas y apoyo geopolítico en su intención de recuperar Kosovo.
El mismo presidente Vucic, admitió que su país está "en una situación difícil" y tiene "enormes presiones" para unirse a las sanciones contra Rusia.
Desde un primer momento de la invasión, Serbia defendió la integridad territorial de Ucrania sin entrar a calificarla como agresión o invasión, pero poco después apoyó la resolución de la Asamblea General de la ONU que de forma explícita condena de la invasión rusa a Ucrania.
ENTRE LA ESPADA Y LA PARED
Un deterioro de las relaciones con la Unión Europea (UE) repercutiría con fuerza en la economía de Serbia, que perdería el acceso a considerables fondos destinados a países candidatos.
Más del 60 % del intercambio comercial del país balcánico es con la UE y las inversiones directas europeas en el mercado serbio alcanzan el 68 %.
Pero al mismo tiempo, la economía serbia depende casi en su totalidad del gas ruso, que, además, recibe en parte por un precio privilegiado que perdería en caso de sumarse a las sanciones contra Rusia. La compañía rusa Gazprom es propietaria del 51 % de la petrolera serbia.