Un niño palestino de siete años murió hoy de un ataque al corazón mientras huía de tropas israelíes en una aldea cercana a la ciudad cisjordana de Belén, según informaron fuentes palestinas.
La muerte del niño fue confirmada por el Ministerio de Sanidad de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), que lo identificó como Rayyan Suleiman.
En declaraciones a la agencia oficial de noticias palestina, Wafa, el padre del niño detalló que el corazón de su hijo se detuvo mientras escapaba de soldados israelíes que lo persiguieron hasta su casa en la aldea palestina de Tekoa.
Instantes después, agregó el padre, soldados detuvieron el vehículo en el que intentaba trasladar a su hijo al hospital, y únicamente lo dejaron continuar tras observar su cuerpo sin vida.
Su fallecimiento fue luego confirmado en un hospital de la localidad de Beit Jala, tras múltiples intentos de los médicos por reanimarlo.
El Ejército israelí, por su parte, informó de que sus tropas entraron a la aldea de Tekoa para buscar a "sospechosos" de haberles tirado piedras, búsqueda que se llevó a cabo sin que se produjeran altercados ni usaran métodos de dispersión o munición real", según indicó un portavoz militar.
"Nuestra investigación preliminar muestra que no hay conexión alguna entre la búsqueda del Ejército en el área y la trágica muerte del niño", añadió.
Durante la búsqueda, el Ejército interrogó a varias familias sobre la supuesta implicación de sus hijos en el lanzamiento de piedras a los soldados.
Este incidente tiene lugar en un contexto de elevada tensión en toda Cisjordania, tras la muerte ayer de cuatro palestinos en Yenín durante enfrentamientos armados con el Ejército israelí desencadenados por una operación de arresto.
La región vive desde hace semanas un importante repunte de violencia, marcado por incesantes redadas israelíes en distintos puntos de Cisjordania y un aumento de ataques de palestinos contra objetivos militares o colonos israelíes.
Desde el comienzo de 2022, más de un centenar de palestinos han muerto en episodios violentos con las fuerzas de seguridad israelíes en territorio cisjordano, el año más sangriento en la zona desde 2015.
El principal foco de violencia son las ciudades de Nablus y Yenín, donde en los últimos meses muchos jóvenes palestinos, pertenecientes a distintos grupos políticos y milicias y hasta algunos independientes, se han sumado a la lucha armada contra las fuerzas israelíes.
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