El 18 de noviembre pasado, la presidenta de la Asociación Médica de Sudáfrica, Angelique Coetzee, alertó a las autoridades sanitarias respecto a un "cuadro clínico que no coincide con el de delta", hasta ahora la variante predominante en Sudáfrica. La doctora no fue tomada por sorpresa puesto que este cuadro ya estaba siendo estudiado.
Días después, el 25 de noviembre, investigadores sudafricanos anunciaron que habían identificado la variante B.1.1.529, denominada al día siguiente ómicron por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que tiene múltiples mutaciones y probablemente sea muy contagiosa.
La médica reveló este sábado que los síntomas de la nueva cepa son "inusuales, aunque leves".
Al respecto, la especialista relató que entre sus pacientes con covid-19 había últimamente jóvenes de diferentes etnias y estados sociales que se quejaban de una fatiga extrema, si bien no perdieron ni el olfato, ni el gusto.
En su mayoría se trataba de hombres menores de 40 años. Poco menos de la mitad estaban vacunados.
Además de la enorme fatiga, sufrían dolores musculares, una tos seca o "picazón en la garganta", añadió. Sólo unos pocos padecían además una fiebre baja.
Entre los enfermos había una niña de seis años con el ritmo cardíaco y la temperatura muy altas. "Sus síntomas eran muy diferentes y más leves de los que había tratado antes", dijo la doctora en una entrevista con el diario británico The Telegraph.
Por otra parte, la experta advirtió que la llegada de la cepa ómicron conlleva riesgos adicionales para los mayores no inmunizados. "Lo que nos tiene que preocupar ahora es que cuando las personas mayores no vacunadas se infecten con la nueva variante", ya que —advierte— "si no se vacunan, vamos a ver a muchas personas con una [forma de la] enfermedad grave".
En el momento del anuncio se habían identificado ya contagios en Botsuana y en Hong Kong (China), pero posteriormente se añadieron detecciones en Israel, en Bélgica (un caso de una viajera procedente de Egipto sin aparentes vínculos con el sur de África), Australia, Reino Unido y otros lugares.
La nueva variante -de la que, no obstante, aún hay muy pocos casos confirmados en total- se caracteriza por presentar un número inusualmente alto de mutaciones, cuyo impacto aún debe ser estudiado.
La OMS, al categorizarla este viernes como variante de riesgo, reconoció, no obstante, que algunas de estas nuevas mutaciones parecen sugerir una aún mayor capacidad de transmisión que las variantes anteriores.