En 1994, policías de Gloucester, Inglaterra, descubrieron el cuerpo de una joven enterrado en el jardín de su vivienda. El cadáver, de quien en vida fue Heather West, estaba desmembrado y había sido escondido en una funda de basura. Las pericias criminales encontraron que West había sido violada, torturada y mutilada por nada más y nada menos que sus padres.
Fred y Rosemary West, los padres de Heather, daban la impresión de ser otra de las parejas normales del Reino Unido, guiados por los valores sociales de la discreción y la tranquilidad. No obstante, dentro de su hogar se cometían los peores y más depravados actos.
FRED
La historia de Fred comenzó en 1941. Llegó al mundo en Much Marcle, en Heredfordshire, de una familia de granjeros que apenas tenían lo suficiente para comer. Él era el segundo de seis hijos y el favorito de su madre. Pese a que odiaba la vida campesina, tampoco creía que con sus estudios pudiera salir adelante, pues apenas fue al colegio y casi no podía escribir.
Por otro, robar le parecía una idea excelente. Pasó su adolescencia hurtando bienes del pueblo y a los 15 huyó de casa. En la pequeña ciudad de Hereford descubrió que la vida era en realidad, dura: no tenía dónde dormir, tampoco qué comer o beber. Un mes después volvió a su casa.
Sin embargo, cuando regresó se enfrentó a su abusiva vida familiar otra vez: Un padre alcohólico y violento, cuyo lema era “haz lo que quieras pero que no te atrapen haciéndolo”; y una madre que, de acuerdo con el testimonio de Fred, lo habría obligado a tener sexo desde los 12 años, incluso con animales. La hermana menor de Fred indicó, años después, que el joven la había obligado a tener relaciones con él por varios meses y que, con solo 13 años, quedó embarazada.
Fred escapó de nuevo y se dedicó a deambular por Gloucester, de cantina en cantina y a presumir de sus conquistas, aunque muy poca gente tomaba en serio la ‘rudeza’ del joven. Pese a ello, Rena Costello, una trabajadora sexual embarazada de un controlador de omnibus, se enamoró de él. Fred adoptó a Charmaine, la hija de Rena y se casó con ella. Además tuvieron una hija propia: Ann Marie. Pero lo que parecía un final feliz, se transformó rápidamente en una pesadilla.
El hombre era agresivo: golpeaba y encerraba a sus hijas. Con Charmaine era especialmente perverso, pues le obligaba a tener relaciones sexuales con él. También obligaba a Rena a prostituirse para completar el presupuesto familiar. Finalmente, un día Rena escapó de casa con sus dos hijas, alejándose por fin del sadismo de Fred.
Más tarde inició un romance con Anne McFall, la niñera de sus hijas y su primera víctima. Fred la dejó embarazada y como no quería tener más hijos, se deshizo de ella: a sus ocho meses de embarazo, la asesinó, le amputó los dedos de pies y manos y sacó el feto del vientre. Enterró los dos cuerpos en Fingerpost y sus restos fueron encontrados casi 30 años después, en 1994.
ROSEMARY
Nació en 1953 en Devon, Inglaterra. Su madre, Daisy, tenía una enfermedad mental y recibió tratamiento de electroshock cuando estaba embarazada. Se cree que esto pudo ocasionar el bajo rendimiento de Rose en la escuela y que tenga varios episodios agresivos. Por otro lado, su padre era esquizofrénico y también violento, por lo que se convirtió en una figura aterradora para Rosemary.
Daisy huyó con su hija, pero Rose regresó a vivir con su padre en la adolescencia pues su madre y ella peleaban constantemente por la rebeldía adolescente: Rosemary siempre salía con hombres muy mayores. En ese entonces, con 15 años, conoció a un hombre de 27. Tenía dos hijas y se llamaba Fred West.
MATRIMONIO DEL EXCESO
Fred halló en Rose lo que en ninguna mujer pudo hasta ese momento: era violenta, sádica, gustaba de la pornografía, ser promiscua y ser vista mientras tenía relaciones. Rosemary dejó su empleo en una panadería y se convirtió en la niñera de Charmaine y Anne Marie. Los padres de la joven, alarmados, denunciaron la situación a servicios sociales, quienes mandaron a Rose a un hogar para adolescentes en Cheltenham.
Rosemary solo podía salir los fines de semana para ver a sus padres, pero nunca se encontraba con ellos, sino que iba a ver a Fred. En cuanto cumplió 16, se fue a vivir con él y a los 17, en 1970, tuvieron a su primera hija: Heather. Meses después Fred fue apresado por robos menores y Charmaine, Anne Marie y Heather quedaron a la Mercer de la violenta Rose, quien las golpeaba en cuanto podía.
Rose mató a Charmaine en 1971. Les informó a los del colegio que ella no había asistido los últimos días porque se había ido a vivir con su madre y las autoridades tampoco indagaron más. Luego Rena pasó a visitar a sus hijas y Fred, que ya había regresado a casa, marcó su destino como lo hizo con Anne Mcfall: la estranguló, le cortó los dedos y la enterró en el mismo lugar donde estaba su exnovia.
En 1972 Fred y Rose se casaron, y en junio de ese año nació su segunda hija juntos, Mae. Alquilaron una residencia en el centro de Gloucester y les gustó tanto que luego la compraron. La planta superior la alquilaban la gente para poder sacar algo de dinero y además Rose tenía un cuarto en el que trabajaba como prostituta. Fred le conseguía los clientes y participaba en tríos, orgías, sesiones de bondage o voyeur. Rose, por su parte, mantenía relaciones con hombres y mujeres, siendo hacia estas últimas más brutal: las ahorcaba y les introducía consoladores extremadamente grandes solo para verlas sufrir.
Fred y Rose tuvieron más hijos: Stephen, Louise, Barry, Rosemary y Lucyanna, a quienes golpeaban y obligaban a ver fotos y videos pornográficos.
LA FAMILIA WEST
Anne Marie tenía solo ocho años cuando Fred la violó. Con la ayuda de Rose la llevaron al sótano y fue abusada violentamente. “Todas las chicas lo hacen. Tienes suerte de tener un padre como yo”, le decía Fred a su hija. La práctica se extendió por años, en los que él la amenazaba para que no cuente sus perversas acciones.
Mientras tanto, Rosemary la esclavizaba, abusaba sexualmente de ella y a los 13 años la llevó a prostituirse. Cuando Anne Marie consiguió novio, se fue a vivir con él para huir de su loca familia. Entonces la atención cayó sobre Heather y Mae. Heather no solo peleaba para liberarse de sus padres, sino que le contó a una amiga lo que sucedía en su casa. En 1987, cuando sus padres se enteraron, la mataron, la desmembraron y la enterraron en el jardín de la casa.
En 1972 los West retuvieron y violaron a Caroline Owens (17), la niñera de sus hijos. Antes de que la mataran, ella logró escapar y fue a poner la denuncia a la policía. En el juicio Fred dijo que ella le había dado su consentimiento y salió en libertad porque Owens estaba tan perturbada que no podía hablar.
Otras víctimas fueron Carol Cooper (15) y Lucy Partington (21), ambas secuestradas cuando esperaban el autobús. Juanita Mott, Shirley Robinson, Alison Chambers, Lynda Gough, Therese Siegenthaler y Shirley Hubbard son los nombres de otras chicas que fueron secuestradas en la casa o contratadas como niñeras de sus hijos, y que sufrieron el mismo final: asesinato, amputación y entierro.
En 1992 Fred violó a su hija de 13 años y Rose la grabó. Ella le contó a una amiga, tal como lo había hecho Heather hace mucho tiempo. La amiga esta vez le contó a su madre, quien puso una denuncia anónima. La policía inició una investigación y los cinco hijos de los West fueron enviados a hogares temporales.
Fred fue detenido por violación, aunque a finales de ese año volvió a casa. Rose amenazó a sus hijos para que no hablaran, lo cual resultó y todo volvió a la normalidad.
LA CAÍDA
Mientras tanto, la policía seguía investigando el paradero de Heather. A los detectives les llamó la atención una broma de los niños, que decía “Heather está en el sótano”. En 1994 grupos especiales llegaron a la casa con palas y picos y empezaron a cavar durante dos días, hasta que finalmente dieron con el cuerpo de Heather. Fred entonces confesó que él era el culpable.
En los días siguientes fueron encontrando más y más cuerpos, como si se hubiera tratado de una masacre. Fueron nueve los cadáveres hallados en el 25 de Cromwell Street. Pese a que Fred asumió la culpa por todos los asesinatos, un tribunal lo halló culpable de 11 muertes y a Rose de nueve.
En 1995, mientras se encontraba en la prisión de Winson Green, en Birmingha, Fred se suicidó. Dejó una nota que decía: “En el recuerdo amoroso Fred West. Rose West, descansa en paz donde no hay sombra y cae en perfecta paz a la espera de Rose, su esposa”. Rose sigue en prisión y la casa fue demolida en 1996.